Así se conjugó la salida de Laura Sarabia y Armando Benedetti, la nueva crisis del Gobierno Petro

La salida de Laura Sarabia y Armando Benedetti del gobierno de Gustavo Petro empezó con un artículo sobre un robo. La historia.

Laura Sarabia y Armando Benedetti en caso de chuzadas
Laura Sarabia y Armando Benedetti salieron del gobierno Petro. Foto Laura Sarabia: larazon.co Foto Armando Benedetti: Twitter Armando Benedetti

En menos de una semana, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, vio cómo salieron de su gobierno dos de sus funcionarios más cercanos.

La historia, que empezó con la revelación de una prueba del polígrafo que se hizo a comienzo de año, terminó con la salida de Laura Sarabia como jefa de gabinete de la Casa de Nariño. También salió Armando Benedetti, ahora exembajador de en Venezuela.

Estas fueron las escenas de la salida de Laura Sarabia y Armando Benedetti. Una crisis que opacó otras, como el remezón ministerial que hubo a finales de abril o el fracaso de varias iniciativas legislativas del petrismo.

El polígrafo y la niñera

Eran dos fotos contrapuestas. Una, de una mujer en la Plaza de Bolívar en Bogotá, el centro del poder en Colombia. Al lado, una de Laura Sarabia al interior de la Casa de Nariño. La pose de Sarabia demostraba una confianza que, también, confirmaba lo que en medios se leía desde hacía meses: se trataba de una de las mujeres más poderosas del país.

Fue ella, por ejemplo, la que le anunció a Alejandro Gaviria y a Cecilia López que saldrían de sus cargos en los ministerios de Educación y Agricultura. También era ella la que le seguía la pista constante al presidente. La que sabía dónde y a qué hora estaría un político que convirtió la impuntualidad en una de sus marcas.

Gustavo Petro y Laura Sarabia durante la campaña presidencial
La cercanía de Petro y Sarabia empezó en la campaña presidencial. Foto: Instagram Laura Sarabia

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Pero fueron las palabras de la mujer de la otra foto, anónima hasta ese momento, las que pusieron freno a una carrera que parecía no tenerlo. “Y o sentía que me iban a dejar ahí, que no iba a volver a salir (…). Me hicieron el polígrafo y me dijeron: ‘Usted se puede burlar de ese aparato, pero de nosotros no. Esta noche no va a su casa, de aquí va presa”.

Con esas palabras empezó el relato de Marelbys Meza, quien por varios meses fue la niñera del recién nacido hijo de Sarabia, en el que dijo que se le sometió a una prueba de polígrafo luego de que desapareciera un “maletín con dinero”. La cifra no se precisó. Mientras que Meza aseguró que se trataron de $150 millones, Sarabia explicó que fueron US$7.000 correspondientes a viáticos de viajes entre agosto de 2022 y enero de 2023.

Pero la cifra, pronto, pasó a un segundo plano. El incendio no fue controlado. Incluso, a pesar de que el mismo sábado en que salió el artículo de Semana -portada de la edición impresa del domingo 28-, Presidencia publicó un comunicado en el que se defendía que Meza fuera sometida a un polígrafo.

El escándalo de la salida de Laura Sarabia y Armando Benedetti empezó por un robo en la casa de ella
Primer comunicado de Laura Sarabia sobre el robo en su casa.

“Los procedimientos de confiabilidad adelantados a todas las personas del círculo de la jefa de Despacho Presidencial cuentan con todas las autorizaciones que exige la ley”, leía el comunicado.

Historias de conspiraciones

Para el miércoles de esta semana, cuando parecía que la tormenta mermaría, surgió una nueva hipótesis. La prueba del polígrafo y la historia del robo iba más allá y tenía a otro personaje, protagonista del petrismo durante la campaña presidencial: Armando Benedetti, en ese momento, embajador de Colombia en Venezuela.

Antes de ser del círculo cercano de Petro, Sarabia trabajó durante varios años con Benedetti. Y cuando él dio el salto al petrismo, Sarabia lo siguió. No obstante, en la campaña presidencial ella cobró relevancia propia por su trabajo.

Y una relación que había sido cercana, la de Laura Sarabia y Armando Benedetti, pronto se vio afectada por rencillas y diferencias. Es ahí que entra Meza. En el pasado, ella había sido niñera de Benedetti. No obstante, también por un supuesto hurto que resultó en otra prueba de polígrafo, fue despedida del cargo.

Pero, a pesar de haber salido por ese motivo de la casa de Benedetti, Meza llegó a trabajar con Sarabia. Y no fue el fin de la relación entre el embajador y la niñera. A mediados de mayo, el 14, Meza viajó en un vuelo charter de Bogotá a Barranquilla, donde se encontró con Benedetti, para acompañarlo hasta Caracas, Venezuela.

Un par de días antes, el fin de semana del 12 y 13 de mayo, Laura Sarabia y Armando Benedetti discutieron, porque este quería un puesto en la Casa de Nariño.

“Fuentes cercanas a Laura Sarabia señalan que surgió una especie de chantaje de parte de Benedetti. Él lo niega. Las dos partes admiten que la discusión fue subiendo de tono y que la palabra “Amenaza” apareció en el intercambio”, relató Daniel Coronell en su reporte en W Radio. Benedetti, además, se reunió con Vicky Dávila.

Gustavo Petro y Armando Benedetti durante la campaña presidencial
Benedetti aterrizó en la campaña presidencial de Petro desde 2021. Foto: Instagram Armando Benedetti

Luego de conocerse esto, Benedetti dio sus explicaciones sobre una trama cada vez más marcada por la conspiración. Según él, Sarabia le pidió ayuda en abril “para decirme que estaba preocupada porque Marelbys estaba en contacto con varios periodistas, y me pidió que la ayudara”. Negó tener injerencia en la publicación de la historia.

“No construí ninguna conspiración”, concluyó. “Es Marelbys la que empieza a buscar a los medios. Mi pecado es saber que se iba a publicar y me quedé callado. Pero la veracidad y gravedad de los hechos, no había forma de pararlo”.

Las chuzadas

Mientras se intentaba desenredar la pita de las versiones cruzadas, surgió en escena el punto culmen de la historia. El conflicto que se resolvió con la salida de dos importantes fichas del Gobierno.

En la tarde del jueves 1 de junio, el fiscal general, Francisco Barbosa, quien ha tenido varios choques con el presidente Petro, dio una rueda de prensa.

Reveló que un episodio, que no se ha cerrado en la historia judicial del país, volvía a tomar relevancia. Barbosa aseguró que hubo chuzadas -o interceptaciones ilegales- a Meza, con la excusa de un informe de personas que, supuestamente, pertenecían al Clan del Golfo.

Meza habría estado interceptada por, al menos, 10 días. Su número, según dijo la revista Cambio, fue “plantado por un agente de la DIJIN en el Chocó dentro de una investigación por operaciones del Clan del Golfo”.

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Y, a pesar de las diferencias entre Barbosa y Petro, las revelaciones del primero no pasaron desapercibidas. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien fue víctima de las chuzadas cuando fue magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, condenó el hecho y llamó a que se hicieran las indicaciones necesarias.

“Con la misma vehemencia con la que en el pasado reclamé justicia, lo hago hoy. Quienes ordenaron las recientes interceptaciones ilegales no pueden quedar en la impunidad. Por el bien del gobierno al que pertenezco, toda la verdad debe ser conocida por el país”, aseveró.

Adiós a la mano derecha

El primer comunicado de Sarabia en el que se refería al tema tenía el membrete del Gobierno de Colombia. El segundo, y último, fue un pantallazo de la aplicación de notas del celular.

En esa nota, publicada luego de que Petro confirmara la salida de ella y de Benedetti, la exjefa aseguró “haber obrado correctamente, con integridad y sin ningún interés particular”. También dijo estar dispuesta a “rendir todas las explicaciones necesarias para el esclarecimiento de los hechos”.

Y dijo que estaría dispuesta a limpiar su reputación y buen nombre, que habían gozado de buena fama durante los últimos meses.

Al mismo tiempo, Benedetti publicó la carta en la que confirmó su salida del Gobierno de Colombia. En ella, dijo haberlo apoyado con la convicción de que “el pensamiento y visión (de Petro) eran las que necesitaba nuestro país”.

Comunicados de Laura Sarabia y Armando Benedetti
Comunicados de Laura Sarabia y Armando Benedetti.

Ambas notas, breves en el contenido, llegaron después de que Petro, luego de largas horas de silencio hablara de los hechos.

En una intervención de 47 minutos, el mandatario, en un evento de las Fuerzas Armadas, anunció que “mi estimada funcionaria y el embajador en Venezuela se retiran”. Era el fin de la carrera de Laura Sarabia y Armando Benedetti en el Gobierno Nacional.

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Aun así, intentó defender a Sarabia. Lo hizo argumentando su juventud y que es mujer. “No se han parado a pensar en una joven mujer recién parida, de su primera experiencia maternal. Cuando le sucede un hecho en su vida doméstica que le hace sentir en zozobra, reacciona dentro de la ley”, aseveró.

También dijo que “aquí a nadie se le ha ordenado una intercepción extrajudicial Ni a ilustres funcionarios ni a personas humildes”. Y le habló, directamente, a Meza: “No tenemos nada contra Marelbys. Siempre me ha abrazado con cariño casi maternal. Ella no tiene nada que temer de mi gobierno. Es nuestra amiga”.

Pero esa amiga protagonizó un capítulo del que el Gobierno podría tardar en recuperarse. En todo caso, así, al menos mientras las investigaciones surten efecto, se cierra esta crisis. Una que deja aún más debilitada la imagen de Gustavo Petro, que, según la más reciente medición de Invamer, cayó a 33,8 %.

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