El Banco Mundial sigue previendo que la actividad económica en Colombia se acelerará a un ritmo del 3,3 %, arrojó un reciente informe.
El año entrante, se expandirÃa 3,7 %, desde el pronóstico de 3,6 % del documento publicado en junio. Lanzó la proyección para 2021, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) crecerÃa 3,6 %.
En el reporte de junio pasado, habÃa bajado la estimación de 2018 en dos décimas y la del 2019 en una décima.
Las proyecciones indican que este año se producirá un repunte del crecimiento regional —a un ritmo del 1,7 %— respaldado principalmente por el consumo privado.
Se prevé que las inversiones aumentarán, pero la desaceleración del comercio mundial limitará el crecimiento de las exportaciones.
Las previsiones regionales indican que en Brasil se registrará una expansión del 2,2 %, en el supuesto de que las reformas fiscales se apliquen rápidamente, y que la recuperación del consumo y la inversión compensará con cierto margen los recortes del gasto público.
A pesar de la disminución de la incertidumbre en materia comercial tras el anuncio del acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, se prevé que el crecimiento en México se mantendrá en un nivel moderado, del 2,2 %, a raÃz de la incertidumbre en torno a las polÃticas que impera en el paÃs.
Según las previsiones, en Argentina se producirá una contracción del 1,7 %, a medida que la profunda consolidación fiscal genere pérdida de empleo y un menor nivel de consumo e inversión. En Chile, se espera un crecimiento moderado, del 3,5 %.
 Las estimaciones indican que la expansión de Perú disminuirá al 3,8 %. Se estima que, a partir de 2020, el producto interno bruto (PIB) per cápita se acelerará y aumentará a un ritmo mayor que el crecimiento per cápita en las economÃas avanzadas, tras sufrir un estancamiento convergente durante seis años.
Riesgos
Los riesgos que presenta el panorama regional podrÃan frenar la actividad económica. El endurecimiento de las condiciones mundiales de financiamiento son motivo de preocupación para los paÃses con grandes déficits de cuenta corriente o que dependen en gran medida de los flujos de capitales, entre ellos Argentina, Bolivia y varios paÃses del Caribe.
Los paÃses con una elevada carga de deuda externa, como Jamaica, Nicaragua y Venezuela, también estarÃan en riesgo si se produjera un cambio repentino en la confianza de los inversionistas en las economÃas de mercados emergentes y en desarrollo.
La misma situación adversa se podrÃa observar en los paÃses con un gran volumen de deuda denominada en moneda extranjera, como Costa Rica, Honduras y Nicaragua.
Las tensiones comerciales plantean otro riesgo externo de gran magnitud. El aumento de esas tensiones entre Estados Unidos y China puede retrasar el crecimiento regional a mediano plazo a través de diversas vÃas, como las exportaciones, la confianza y el mercado de productos básicos. En el ámbito regional, una contracción económica mayor que la prevista en Argentina podrÃa afectar al resto de la región a través de los flujos comerciales y financieros.
Una mayor emigración en Venezuela también podrÃa tener un impacto negativo en el resto de la región. Las condiciones fiscales deficientes podrÃan tener consecuencias negativas en lo que concierne a la sostenibilidad de la deuda y la confianza de los mercados. Asimismo, la región aún es muy vulnerable a los desastres naturales y a los fenómenos meteorológicos extremos.
Acontecimientos recientes: En 2018, el crecimiento en la región de América Latina y el Caribe se estancó en un nivel bajo, del 0,6 %, como consecuencia del debilitamiento del comercio mundial y el endurecimiento de las condiciones de financiamiento externas.
Distintos acontecimientos registrados en Brasil, Argentina y Venezuela limitaron el crecimiento regional.
El ritmo de crecimiento se moderó en América Central, mientras que en casi todas las economÃas del Caribe se vio fortalecido por el contexto de medidas de reconstrucción posteriores a la grave temporada de huracanes de 2017.
Un repunte en el segundo semestre dio lugar en Brasil a una ligera aceleración del crecimiento en 2018, que se calcula alcanzó el 1,2 %. En Argentina, la crisis cambiaria, la consiguiente aplicación de polÃticas más restrictivas en materia monetaria y fiscal, y una grave sequÃa ocasionaron una contracción de alrededor del 2,8 %.
Venezuela continuó su caÃda, dado que la economÃa se redujo un 18 % en el año que acaba de finalizar. En 2018, el ritmo de crecimiento de Chile y Perú se aceleró hasta alcanzar una tasa aproximada del 3,9 %, debido en parte a efectos de base favorables.
En el mismo año, el aumento de los precios del petróleo contribuyó al repunte del crecimiento en Colombia, que ascendió al 2,7 %, aunque limitó el crecimiento en América Central.
En casi todas las economÃas de la región que tienen tipos de cambio flexibles —en particular Argentina, Brasil, Chile y Uruguay— se registró una depreciación nominal frente al dólar estadounidense.