La inteligencia artificial (IA) está empezando a ganar espacio en las aulas de América Latina, pero su adopción sigue siendo desigual y limitada si se compara con el avance de otras regiones. Esta es la principal conclusión del informe “La llegada de la IA a la educación en América Latina: en construcción”, elaborado por ProFuturo y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), con el apoyo de la cooperación española.
El documento analiza 26 iniciativas que ya utilizan IA en procesos educativos en la región, clasificadas por país, tipo de actor (público, privado o social) y función tecnológica. Para su elaboración, se consultó a 63 académicos y 57 representantes del sector privado.
Panorama colombiano en IA educativa
Según el informe, en Colombia más de 10.000 docentes han recibido formación en pensamiento computacional y uso de inteligencia artificial durante 2025, cifra que marca un avance respecto a años anteriores y que, según el informe, puede ser clave para acelerar la integración de esta tecnología en la enseñanza.
El estudio señala que cuatro experiencias nacionales ya muestran resultados concretos:
- Leah, orientada al aprendizaje de idiomas.
- Platzi, enfocada en el desarrollo de habilidades laborales.
- OE Saber, plataforma para la preparación de pruebas estandarizadas como Saber 11.
- Magnus Learning, centrada en pensamiento crítico y certificación de competencias.
Estas iniciativas responden a necesidades específicas del sistema educativo, pero el informe advierte que la mayoría son impulsadas por el sector privado. Esto implica que su alcance y sostenibilidad dependen, en gran medida, de la capacidad de articular esfuerzos con el Estado y de garantizar su llegada a zonas con menor acceso tecnológico.
Oportunidades y limitaciones
El informe identifica cuatro grandes aplicaciones con potencial para el sector educativo:
- Generación de contenidos personalizados a bajo costo, adaptados a diferentes edades, lenguajes y contextos.
- Planificación docente más eficiente mediante plataformas que facilitan el diseño de clases, rúbricas y evaluaciones.
- Tutores digitales que suplan la falta de acompañamiento individual en aulas con alta densidad de estudiantes.
- Evaluaciones automáticas con retroalimentación inmediata, útiles para ajustar procesos pedagógicos basados en datos.
No obstante, la investigación advierte que, sin una estrategia estatal clara y de largo plazo, el uso de IA podría profundizar desigualdades. Las limitaciones en conectividad, infraestructura y capacitación docente, especialmente en áreas rurales, siguen siendo una barrera estructural.
Brecha regional frente al contexto global
Mientras que en países como China, Estados Unidos o Corea del Sur la IA educativa forma parte de políticas nacionales, en América Latina su desarrollo es fragmentado. El rezago no solo es tecnológico, sino también normativo y pedagógico: faltan marcos regulatorios que orienten su uso ético, contenidos curriculares que la incorporen de forma transversal y sistemas de evaluación que midan su impacto real en el aprendizaje.
En este escenario, Colombia enfrenta el doble desafío de acelerar la adopción tecnológica y, al mismo tiempo, garantizar que esta no se convierta en un factor de exclusión para comunidades con menos recursos.
“Colombia cuenta con talento, creatividad y una visión compartida sobre la necesidad de democratizar el acceso a oportunidades digitales. El reto ahora es escalar esas soluciones e integrar a todos los actores del sistema educativo en esta transformación”, afirmó Mónica Hernández, directora de la Fundación Telefónica Movistar.
La IA tiene el potencial de cerrar brechas históricas en la educación, pero para que esto ocurra es necesaria una estrategia articulada entre el Estado, el sector privado y la academia.