El Gobierno de Colombia expidió el Decreto 1692, con el cual se ampliará la aceptación y el uso de los pagos electrónicos en todo el territorio.
Según el Ministerio de Hacienda, con el decreto lo que disminuirá los costos transaccionales, impulsará la inclusión financiera, aumentará la formalidad y logrará una economía más eficiente y competitiva.
Con las medidas reglamentadas por el decreto, el Gobierno busca impulsar los pagos digitales, los cuales traen grandes beneficios en términos de costos, formalidad y seguridad frente a las transacciones que se hacen en efectivo.
Además, dijo, permite a las personas y comercios construir su historial transaccional, que les permitirá transitar a otros productos financieros formales y así alejarse de esquemas de crédito o seguros irregulares.
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La actualización normativa facilitará el ingreso de nuevos actores, con modelos de operación novedosos y especializados en permitir que pequeños comercios, tiendas de barrio y emprendedores, empiecen a realizar sus ventas de forma digital de manera simple y a bajo costo.
Entre otros indicadores, se espera que, con esta medida, el porcentaje de adultos que realizan pagos o compras en línea en el país aumente de 20 % a 50 % en el 2025, dijo el Gobierno en un comunicado.
Partiendo de las prácticas internacionales y del desarrollo de la industria local, el nuevo decreto precisa las actividades y roles de los participantes del sistema de pagos, fortalece los estándares de gobierno corporativo, de transparencia e interoperabilidad y abre las puertas a nuevas tecnologías para modernizar la manera como se realizan las transferencias y pagos en el país.
El Decreto 1692 de 2020 se suma al esfuerzo que ha venido adelantando el Gobierno colombiano para generar un marco regulatorio propicio para la inclusión financiera, y el cual le ha permitido al país ocupar en los últimos años el primer puesto en el ranking que mide el Microscopio Global dentro de 55 países.
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La reforma fue encabezada por la Unidad de Regulación Financiera del Ministerio de Hacienda, con el apoyo del Banco de la República y la Superintendencia Financiera, contó con el insumo técnico del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Alianza Mejor que el Efectivo de Naciones Unidas y una amplia participación de la industria de pagos a través de talleres y mesas de trabajo.
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