Durante el segundo trimestre de 2025, la tasa de desempleo juvenil fue del 15,7 %, muy por encima del promedio nacional, que se ubicó en 9 %, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
A esto se suma que, cerca del 57 % de los jóvenes egresados de programas técnicos y tecnológicos no logran insertarse en el mercado laboral durante su primer año de graduados, según un análisis del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES).
Según los analistas, este panorama puede deberse a una desconexión entre las expectativas de los jóvenes y las necesidades reales del mercado. Pues, en muchos casos, la falta de experiencia previa, el desconocimiento de sectores estratégicos y la baja oferta de orientación laboral dificultan el acceso a empleos formales, bien remunerados y sostenibles.
Además, le suman que factores como las brechas digitales, la deserción educativa y la falta de redes de apoyo siguen marcando una profunda desigualdad en las oportunidades.
“Hoy no es suficiente con estudiar o enviar una hoja de vida. Los jóvenes deben entender cómo está evolucionando el mundo laboral, qué competencias valoran realmente las empresas y cómo prepararse para sobresalir, incluso sin experiencia previa. La empleabilidad juvenil no se resuelve con fórmulas únicas; requiere un trabajo constante, informado y adaptado a las dinámicas reales del mercado”, afirma Karen Garzón, coordinadora de empleo y capacitación de la agencia de empleo y desarrollo empresarial de Compensar.
Bajo este contexto, la experta comparte cinco claves para que los jóvenes amplíen sus oportunidades de acceso al trabajo formal:
- Potenciar habilidades blandas: fortalecer competencias como la comunicación asertiva, el trabajo en equipo, la adaptabilidad y la gestión del tiempo.
- Dominar competencias digitales básicas: adquirir conocimientos en herramientas ofimáticas, plataformas colaborativas, navegación segura y análisis de datos.
- Aprovechar rutas de formación cortas y flexibles: participar en programas de formación accesibles, especialmente virtuales, que se adapten a su tiempo y contexto.
- Buscar orientación vocacional y laboral personalizada: contar con acompañamiento profesional para identificar intereses, habilidades y oportunidades reales en el mercado laboral.
- Conectarse con ecosistemas de empleabilidad: involucrarse en redes de aliados públicos, privados y comunitarios que promuevan oportunidades reales, incluso para quienes no tienen experiencia previa.
Agencia de empleo de Compensar
Frente a esa situación, la agencia de empleo de Compensar “se ha consolidado como un actor estratégico para acompañar a los jóvenes en su camino hacia el empleo formal. Su trabajo no se limita a conectar hojas de vida con vacantes: Es una apuesta integral que combina orientación, formación y gestión de oportunidades para transformar realidades”, resalta Garzón.
Asimismo, explicó que, solo en el último año, más de 120.000 jóvenes accedieron a servicios especializados, y de ellos, 62.360 lograron vincularse laboralmente. Cabe resaltar que los sectores que más oportunidades han generado para esta población incluyen comercio, servicios BPO, manufactura y logística.
Además, la agencia indica que ha fortalecido alianzas con entidades públicas como la Secretaría de Integración Social y la Subdirección de Juventud de Bogotá para acercar su oferta a los territorios, llegando a localidades como Kennedy, Suba y Soacha.
“Es un acompañamiento integral que incluye el diseño de perfiles con empresas aliadas, el entrenamiento personalizado y el seguimiento después de la vinculación para garantizar sostenibilidad laboral. Desde Compensar creemos firmemente que la empleabilidad juvenil es una responsabilidad compartida que exige mirar el panorama completo, por eso, integramos nuestras acciones con instituciones educativas, gobiernos locales, organizaciones sociales y empresas”, concluye Karen Garzón.