Corea del Norte realizó dos lanzamientos de prueba de misiles el pasado fin de semana, ensayos que constituyen las primeras operaciones de este tipo que son documentadas desde que llegó Joe Biden a la Casa Blanca.
Según el reporte, el país probó misiles de corto alcance frente a la costa oeste, experimento que fue reseñado por las agencias AFP y Reuters. Sin embargo, las autoridades de Estados Unidos aún no se pronuncian al respecto.
Particularmente, la realización de esas pruebas se conoce justo en el marco de la reunión de ministros de relaciones exteriores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan). Estos hechos habrían sucedido después del encuentro del secretario de Estado, Anthony Blinken, con autoridades de Corea del Sur.
Vale recordar que Choe Son-hui, viceministra de exteriores de Corea del Norte, indicó la semana anterior que la Casa Blanca intentó hacer contactos con su país y señaló esos acercamientos como un “truco barato” de Estados Unidos.
Los lanzamientos de misiles por parte de Corea del Norte son una táctica recurrente del régimen de Kim Jong-un en ese país, que maneja armas nucleares al margen de la legislación internacional.
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No hay que olvidar que a comienzos de 2018 el exmandatario Donald Trump amenazó con usar el “botón nuclear” en contra de ese país, comenzando un periodo de hostilidades que finalizó con su vista a la frontera entre las Coreas en enero de 2019.
Corea del Norte considera como “hostilidades” las alianzas militares de Estados Unidos con su vecino, Corea del Sur, pactos que se fortalecieron en la última semana con la visita de Blinken y el secretario de Defensa, Lloyd James Austin, a la nación del Sur.
Sobre la respuesta de la administración Biden respecto al régimen de Kim Jong-un, el portavoz del Departamento de Estado ha dicho que la Casa Blanca apuesta por una nueva estrategia, táctica que podría asemejarse a los pasos que dio la administración de Barack Obama.
Sin embargo, la Casa Blanca todavía no deja claro qué pasos seguirá en la relación con ese país asiático, que vive al margen de las normas internacionales y cuyo discurso hostil se asentó con la llegada de Kim Jong-un al poder.
Cuando el secretario Blinken presentó sus ocho prioridades en materia de política exterior, el demócrata no mencionó la estrategia que tendrían con Corea del Norte, uno de los asuntos más álgidos en la agenda internacional del país.
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