De acuerdo con el informe al Congreso publicado por el Banco de la República, un deterioro del contexto externo que se traduzca en un menor crecimiento de los socios comerciales y en una caída de los términos de intercambio, lo que derivaría en presiones sobre la depreciación del tipo de cambio, mayores que las contempladas en el pronóstico central, es la principal amenaza alcista que tiene la inflación en 2019.
“Para este año se espera una depreciación moderada del tipo de cambio, la cual se traspasaría a los precios internos, aunque en una proporción baja y semejante a la observada en el pasado. En esta línea, se espera que parte de la depreciación acumulada a finales de 2018, que hasta ahora no se ha traspasado a los precios, lo haga en el transcurso del año, paralelamente con la aceleración de la demanda. Así las cosas, la variación anual de transables, que se sitúa en la actualidad en niveles bajos, deberá aumentar gradualmente, acercándose al 3,0%”, dice el documento.
El emisor también cree que para lo que resta de 2019 la canasta de regulados seguirá ejerciendo presiones alcistas importantes sobre la inflación, con ajustes anuales que se mantendrán por encima del 5%.
“No se anticipan choques de importancia sobre la inflación originados en fenómenos climáticos, como El Niño, para 2019. En caso de ocurrir, este sería de naturaleza débil y, por tanto, su impacto sobre los precios de los alimentos sería muy bajo o incluso nulo. Lo sucedido en los dos primeros meses del año apoya esta predicción”, dice el informe.
Con respecto a riesgos a la baja, el banco identificó un crecimiento de la demanda interna y del PIB menor que el estimado, principalmente por cuenta de una inversión menos dinámica, y en segundo lugar una mayor entrada de capitales foráneos gracias a la amplia liquidez internacional, lo que ocasionaría una menor depreciación del peso que la prevista.
El BanRep finalizó afirmando que la inflación anual al consumidor deberá mantenerse muy cerca de la meta puntual del 3,0% a lo largo de 2019.