Estados Unidos comenzó una fase de diálogos con actores del ámbito internacional para revisar la posible implementación de un impuesto global a las multinacionales de al menos 15 %, propuesta que fue presentada en abril por la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
El equipo de Yellen encabeza las conversaciones con el Grupo Directivo del Marco Inclusivo sobre erosión de la base y transferencia de ganancias (Beps) de la Ocde y con representantes del G20.
“Comenzaron en serio las discusiones sobre la tasa impositiva mínima corporativa global”, afirmó el Tesoro en un comunicado. La propuesta también parece sumar los apoyos de los ministros de Economía de Alemania y Francia.
La Casa Blanca persigue la premisa de que la arquitectura fiscal internacional debe estabilizarse, trazando una plataforma con sus aliados internacionales que permita mantener bases impositivas y garantizar la equidad en el sistema fiscal global.
“Es imperativo trabajar de manera multilateral para poner fin a las presiones de la competencia del impuesto de sociedades y la erosión de la base del impuesto de sociedades”, escribió el Departamento del Tesoro.
Actualmente no hay un gravamen como el que propone Estados Unidos y la Casa Blanca considera que esto afecta la posibilidad de recaudar impuestos que servirían para realizar inversiones en temas cruciales para los países.
“Una tasa impositiva corporativa mínima global garantizaría que la economía mundial prospere sobre la base de un campo de juego más nivelado en la tributación de las corporaciones multinacionales, y estimularía la innovación, el crecimiento y la prosperidad al tiempo que mejoraría la equidad para la clase media y la gente trabajadora”, afirma el Departamento del Tesoro.
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