Haití celebra un logro histórico, pues tras 52 años, su selección de fútbol se clasifica para la Copa Mundial de la FIFA 2026. El equipo haitiano venció 2-0 a Nicaragua en Willemstad (Curazao), resultado que le permitió cerrar en primer lugar el Grupo C de la eliminatoria de Concacaf.
Esta clasificación se produce en medio de una crisis política, social y humanitaria profunda en el país caribeño. Puerto Príncipe está bajo el control de bandas armadas, lo que ha obligado al equipo nacional a disputar sus partidos locales en suelo extranjero.
Esta hazaña, además, viene acompañada por una grata noticia: detrás del uniforme de Haití hay una empresa colombiana. Saeta, marca fundada en Bogotá en 1984, que viste a los ‘Grenadiers’ desde 2013.
Ese vínculo se remonta a actos de solidaridad tras el terremoto de 2010 en Haití. Saeta envió donaciones de camisetas y, más tarde, entregó uniformes completos cuando la selección carecía de indumentaria para un amistoso. Allí nació una relación que continúa hasta hoy, según confirmó la propia empresa.
El rol estratégico de Saeta en el ascenso futbolístico de Haití
Saeta, reconocida en Colombia por vestir equipos como Millonarios, América de Cali, Independiente Medellín, Once Caldas y otros clubes profesionales, asumió en 2013 un contrato formal con la Federación de Fútbol de Haití por cinco años.
Desde entonces ha diseñado y producido sus uniformes, incluso para la selección femenina, incluyendo la indumentaria utilizada en el Mundial Femenino 2023. La marca ha combinado diseño, tecnología y detalles culturales en cada una de las prendas destinadas al combinado haitiano.

Las camisetas incorporan telas ligeras, ventilación, protección UV y elementos gráficos que evocan la historia y cultura del país, como las lanzas del escudo nacional. Para su camiseta del ciclo 2025, Saeta incluyó colores vibrantes inspirados en las playas haitianas y elementos que representan la energía de los carnavales locales.
Este acuerdo convierte a Saeta en la única marca colombiana que viste a una selección de alto nivel en la Concacaf, en un mercado donde predominan marcas como Nike, Adidas, Puma o New Balance.
Un triunfo deportivo que trasciende lo futbolístico
La clasificación de Haití supone un símbolo para un país golpeado por la violencia, el desplazamiento y la precariedad. De acuerdo con The Washington Post, la obtención del cupo provocó celebraciones masivas en las calles, pese a las dificultades que atraviesa el país.
El seleccionador Sébastien Migné ha liderado al equipo sin haber podido pisar suelo haitiano por temas de seguridad. Bajo su dirección, Haití consiguió su segundo cupo mundialista desde su debut en Alemania 1974.
La clasificación se concretó en Willemstad, en Curazao, donde la selección disputa sus partidos debido a que no puede jugar en casa por riesgos internos. La victoria 2-0 ante Nicaragua debía complementarse con un empate entre Costa Rica y Honduras, resultado que finalmente se dio, desatando la celebración del equipo en pleno campo.
Este logro se da en paralelo con otra historia caribeña: Curazao también aseguró su clasificación al Mundial, un hecho resaltado por la prensa internacional al convertirse en la nación más pequeña por población (155.000 habitantes) en obtener un cupo en esta edición del torneo. La jornada marcó un hito doble para el Caribe futbolero.
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El próximo paso será el sorteo del 5 de diciembre, donde Haití conocerá su grupo y el calendario completo. Su presencia en Estados Unidos, México y Canadá será también una oportunidad para la amplia diáspora haitiana instalada en esos países y para darle visibilidad a Saeta, una marca orgullosamente colombiana.




