En un debate marcado por advertencias fiscales, tensiones externas y la necesidad de coordinar políticas, diferentes voces analizaron los riesgos que enfrenta Colombia en un entorno global incierto.
Daniel Valencia, director general de investigación y economista jefe de Credicorp Capital, sostuvo que, pese a la volatilidad, América Latina tiene condiciones para ganar terreno: “Colombia debería aprovechar su posición geográfica porque Asia nos va a buscar”.
Sin embargo, advirtió que las tasas de interés pueden “enredar el ciclo del crédito”, que aún no despega, y fue enfático en lo fiscal: “Necesitamos una discusión seria sobre el exceso de gasto público. Se volvió moda subir impuestos al sector financiero”.
Valencia cuestionó la sobretasa del 15 % al sistema financiero incluida en la reforma tributaria. Según sus cálculos: La tasa efectiva de renta alcanzaría el 50 %, las utilidades caerían cerca de 15 % y el ROE del sistema bajaría unos 2 puntos porcentuales.
“Esto debe discutirse de manera mucho más consensuada. Esperamos que, por el bien del crédito, ese artículo no sea aprobado”.
En cuanto a tasas de interés, Valencia mencionó que las presiones sobre las tasas hoy vienen “más del lado fiscal que del monetario”. También señaló que Colombia enfrenta un riesgo adicional: los movimientos cambiarios y fiscales recientes —sin precedentes en el país— tienen efectos inciertos: “Si salen bien, serán positivos para la deuda; si no, podrían revertirse. Nunca se habían tomado medidas así”.
Un crecimiento económico difícil de leer
La codirectora del Banco de la República, Laura Moisá, centró su intervención en la naturaleza de la inflación y en la dificultad actual para interpretar la economía.
Explicó que hoy existe un debate central: cómo equilibrar la coyuntura, cómo distinguir si los movimientos actuales son coletazos de los choques pasados o señales de un tipo distinto de crecimiento.
“Es muy difícil leer la economía”, reconoció, al subrayar que el Banco de la República está dando todos los debates internos para que las decisiones mantengan una reactivación económica sostenible. En ese proceso, añadió, el Pacto por el Crédito ya está mostrando resultados.
“Los proyectos financiados bajo este esquema ya muestran resultados y podrían contribuir a una estabilización futura del crecimiento (…) Una cosa es crecer por choques de precios internacionales volátiles, y otra muy distinta es hacerlo con base en el mercado interno y la producción nacional, que dan mayor estabilidad”.
Aunque las cifras recientes muestran cierta estabilidad, con un mercado laboral que mejora y una economía que crece, persiste el debate sobre qué tipo de crecimiento está experimentando el país.
Según ella hay una mezcla de factores: consumo, estructura productiva, empleo en recuperación, reactivación de economía y consumo interno, que hay que revisar.
“Ese es el desafío: evitar retornar a escenarios tan complejos como los de 2023 y, al mismo tiempo, sostener esta fase de reactivación. Cuando suben los precios del café, a pesar de su volatilidad, el impacto es mayor que el del petróleo porque beneficia directamente a miles de familias pequeñas que consumen de inmediato y dinamizan la economía. Pero ese impulso también está derivando en mayores importaciones, lo cual se refleja en la balanza comercial, que no mejora pese a la revaluación”, agregó.
También destacó el aumento en importación de maquinaria y equipo, que podría ser una señal de que algunos sectores están invirtiendo a futuro, aunque insistió en que interpretar el momento económico “es particularmente complejo”.
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