Los próximos 13 y 14 de septiembre Bogotá vivirá una nueva edición del Festival Cordillera, uno de los festivales más recientes en Colombia, que busca ser una “rocola de sonidos latinoamericanos”, según el CEO de Páramo Presenta, Gabriel García.
En diálogo con Valora Analitik García reveló cómo se construyó este festival, las perspectivas para las próximas ediciones y una lectura general de la industria de entretenimiento en el país.
¿Cómo nace la idea del Festival Cordillera?
La historia se remonta a cuando hicimos las ediciones del Cosquín Rock en Colombia (2018), un festival bastante grande que se hace en Argentina desde 2001 con los nombres más importantes del rock argentino y algunos otros del rock latino. Cosquín buscó exportar esa marca e hicieron varias ediciones en otros países. Nosotros hicimos dos ediciones, pero no funcionaron tanto como esperábamos.
La conclusión a la que llegamos es que debíamos hacer un festival de grandes nombres. Y así nació el Cordillera. En el proceso empezaron a surgir posibilidades de tener otros artistas no solo de rock y pensamos que podíamos hacer un festival, no solo de rock en español, sino de sonidos latinoamericanos en general.
Ampliamos la gama y eso nos dio la posibilidad de que el festival no se agotara tan rápido, sino que tuviera más opciones.
¿Cuáles fueron los pasos siguientes para consolidar este festival?
En eso llegó la pandemia y no pudimos continuar, pero durante ese tiempo tuvimos conversaciones con otras personas, como con Ocesa que en México tienen el festival Vive Latino. Hablamos de no competir trayendo el Vive Latino y nosotros hacer este festival, y decidimos unirnos en este festival de sonidos latinoamericanos. Salimos de la pandemia y en 2022 arrancamos Cordillera.
¿Cómo han visto la evolución del Festival Cordillera?
Es un festival al que le tenemos mucho cariño por la forma en que crece. Nos entusiasma un montón. Tiene algo particular y es que está lleno de artistas que solos no venderían muchas boletas, pero en el festival esa tarima está llena de gente cantando los hits. El festival se siente como una rocola de sonidos latinoamericanos, en medio de una gran experiencia que despierta recuerdos y emociones muy bonitas.
Y eso va muy alineado con el propósito de nuestra empresa que es generar experiencias que despierten emociones memorables en la gente. Creemos que este festival lo logra completamente.
¿En términos de asistencia, qué lectura hacen ustedes?
Todos los años ha crecido. El año pasado tuvo su primer sold out con el día de Juan Luis Guerra. Como estaba diseñado el festival, ya no cabía más gente. Este año vamos a crecer, con otra distribución porque será mucho más grande. Con la misma configuración del año pasado ya tendríamos los dos días agotados. Entonces crecerá bastante y esperamos que siga así.
Queremos seguir sorprendiendo al público, ampliar la gama de sonidos y presentar mucho más dentro del festival.
¿Cuánta gente esperan este año?
En 2024 contamos con aproximadamente 75.000 asistentes, de los cuales 32.000 fueron turistas nacionales e internacionales. Los principales visitantes provienen de Ecuador, Estados Unidos y Puerto Rico. Para la edición de este año esperamos llegar a 90.000 asistentes.
En términos de impacto económico, ¿cómo le pega a la ciudad?
Es un efecto positivo, por supuesto. Cada festival genera varios miles de empleos: en producción, activaciones de marcas, restaurantes, logística, proveedores, transporte, tiqueteras, control de accesos, etc. Además de los empleos indirectos en agencias, hoteles y más.
Según el Observatorio de Desarrollo Económico, se estima un monto de $59.000 millones en ingresos económicos para Bogotá. Generamos más de $2.000 millones en contribuciones parafiscales para las artes escénicas en 2024 y esperamos más de $2.500 millones para 2025.
Sobre las marcas, ¿qué se puede esperar este año?
En general a los patrocinadores les encanta estar en festivales como el Estéreo Picnic y Cordillera, la gente recorre mucho el espacio y tiene contacto constante con las marcas. Además, las activaciones tienen eco fuera del festival con influencers y público en redes.
Tenemos una presencia de más de 50 restaurantes con ingresos generados superiores a los $1.700 millones y para esta ocasión contaremos con más de 70 emprendimientos en el Mercadito Latino.
¿Cómo visualizan el futuro del festival?
Hay muchas vertientes por donde crecer y nuevas propuestas que van ganando terreno. Algunos nombres llegarán a ocupar espacios importantes en el cartel en el futuro. También queremos abrirnos a otros sonidos y propiciar reuniones especiales de bandas que hace mucho no tocan, como este año con Illya Kuryaki and the Valderramas.
Además, sumamos presentaciones especiales como Delirio, el show caleño que mucha gente de Bogotá no conoce. Queremos seguir explorando contenidos así.
¿Qué viene hacia adelante con Páramo Presenta?
Tenemos siete shows programados en el Vive Claro: Shakira, Imagine Dragons, Guns N’ Roses, My Chemical Romance, Linkin Park, Blessd, entre otros. Viene Cordillera la próxima semana y el Estéreo Picnic que ya anunciamos.
Además, hay shows locales impresionantes: Beéle, que hará seis Arenas Movistar; Nanpa Básico, que agotó dos arenas; Blessd, que este año tendrá un estadio; y artistas como Shakira y Feid, que fueron los shows más grandes. Nuestros shows más grandes ya no son los artistas anglo, sino colombianos y latinoamericanos, lo que es un fenómeno muy interesante.
¿Cómo reciben la propuesta de la tributaria de gravar con IVA las boletas de espectáculos?
Lo primero es entender que la reforma pretende ser progresiva, afectando a personas de mayores ingresos. Pero la verdad es que mucha gente de clase media compra boletas de $500.000 pesos. Están afectando más allá de nuestro negocio, porque al final ese sobrecosto se traslada al público.
Los márgenes en este negocio son muy apretados. No podemos bajar el fee (honorarios) a los artistas ni pagarles menos. Entonces el costo se traslada al usuario, que muchas veces es clase media. Posiblemente toque dejar de hacer algunos eventos y enfocarse más en los que uno sabe que son apuestas más seguras.
Yo creo que va a tener finalmente un impacto en la oferta de espectáculos. Y ya de por sí Colombia sufre bastante con poder tener algunos de los eventos.
Los boletos que cuestan $500.000 van a tener que empezar a costar $600.000, los que cuestan $1 millón van a tener que empezar a costar $1,2 millones.
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