Un análisis de Fitch Ratings sobre los soberanos de América Latina y el Caribe revela una tendencia predominantemente positiva en las acciones de calificación y un panorama de crecimiento económico mixto, más inclinado a mejorar.
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A pesar del optimismo general, Colombia destaca como el único país de la región con una perspectiva negativa, en medio de un entorno electoral que a nivel regional podría determinar las perspectivas de consolidación fiscal, reformas microeconómicas y gobernabilidad.
Respecto al crecimiento económico, las proyecciones para la región se mantienen estables, con una estimación de expansión del 2,2 % en 2025 y del 2 % en 2026, valores cercanos al 2,1 % de 2024.
La agencia detalló que, a pesar del contexto global de incertidumbre, principalmente por las políticas arancelarias y migratorias de Estados Unidos, el crecimiento económico será «ampliamente resistente», con países como Chile, Colombia y Perú dejando ver una recuperación tras periodos de desaceleración.
Mientras tanto, economías grandes como Brasil están experimentando una ralentización tras años de desempeño superior, aunque se espera un aterrizaje suave. México también ha desacelerado bruscamente, según Fitch.
La firma atribuyó la estabilidad macroeconómica regional a bancos centrales proactivos (aún cuando en la mayoría predominan políticas monetarias estrictas), flexibilidad cambiaria, grandes reservas internacionales y sectores bancarios estables. Sin embargo, reconoció que la inercia inflacionaria ha obligado a algunos países, como Brasil, a pausar o incluso volver a endurecer la senda de las tasas de interés.
En el ámbito fiscal, el desempeño también es mixto. Algunos de los mayores déficits de la región están mejorando (México, Panamá), mientras que otros se están ampliando (Colombia). Hay progresos en curso también en Chile y Perú, aunque Fitch considera que podrían incumplir sus objetivos.
En consecuencia, este año, la agencia ha observado menos acciones de calificación soberana que en el pasado y resalta que el saldo se ha mantenido positivo. También destacó las mejoras para Argentina, Aruba, El Salvador y Guatemala. Solo Bolivia experimentó una rebaja de calificación.
Respecto a las perspectivas, el balance regional es de seis positivas (Aruba, Barbados, Costa Rica, República Dominicana, Jamaica y Paraguay) y una negativa (Colombia), las demás se mantienen estables.
Inflación y deterioro fiscal enredan la perspectiva en Colombia
Fitch fue enfático en que Colombia se sitúa como el único soberano de la región con una perspectiva negativa (BB+) por cuenta de un deterioro fiscal y preocupaciones persistentes sobre la inflación.
Respecto al primer punto, la agencia proyecta que el déficit del gobierno central en Colombia alcanzará el 7,1 % del PIB en 2025, por encima del 6,7 % de 2024. Esta ampliación se debe, en parte, a la presión en el gasto primario. Para 2027, el indicador se reduciría en aproximadamente 1 punto porcentual.
Así mismo, la deuda del gobierno general está proyectada para aumentar, alcanzando el 57,7 % del PIB en 2025, el 61,5 % en 2026 y el 64,3 % en 2027.
Fitch anticipa que a pesar de que el Gobierno espera que este año quede aprobada una reforma tributaria que generaría $16,3 billones, puede que la propuesta no obtenga aval legislativo, dada la proximidad del ciclo electoral, lo que implicaría pocos cambios en el déficit en 2026.
En lo referente a la inflación, preocupa que esta se mantiene por encima del umbral superior de la meta del Banco de la República (3 %) por cuarto año consecutivo. Además, en septiembre llegó al 5,2 %. El comportamiento de este indicador, junto a las preocupaciones fiscales, han llevado al banco central a mantener las tasas de interés en 9,25 %.
Según Fitch, el crecimiento económico en Colombia se está consolidando en 2025, impulsado por la demanda interna (consumo e inversión). Se espera una variación del 2,7 % en el Producto Interno Bruto (PIB) este año, superior al 1,7 % registrado en 2024.
Finalmente, se espera que el déficit de cuenta corriente aumente al 2,4 % del PIB en 2025 y al 2,9 % en 2026, impulsado por la fortaleza del peso y la demanda de consumo que incrementa las importaciones, aunque tranquiliza que estos déficits continúan siendo cubiertos en gran medida por la Inversión Extranjera Directa (IED).
Respecto a la política, Fitch no anticipa reformas importantes hasta finales de 2026, tras las elecciones presidenciales y legislativas. “El Congreso probablemente seguirá muy fragmentado, lo que exigirá consenso para la aprobación de reformas”, concluyó la agencia.
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