FMI alerta que la deuda pública global se dispara y urge adoptar “límites de contención fiscal”

El FMI prevé que la deuda pública global continuará subiendo durante los próximos años e instó a establecer reglas fiscales sólidas.

Compártelo en:

La deuda pública global ha escalado a niveles sin precedentes en las últimas dos décadas, impulsada por las respuestas fiscales a crisis como la de 2008 y la pandemia de COVID-19, según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esta tendencia alcista, combinada con crecientes presiones de gasto, subraya la necesidad de que los gobiernos implementen urgentemente marcos de disciplina fiscal robustos, de acuerdo con los expertos Raphael Lamb, subdirector de división del departamento de asuntos fiscales del FMI, y Julian Akalan, economista del FMI.

Lamb advirtió que hay un panorama desalentador. «La deuda pública global está prevista que continúe subiendo durante los próximos años, incluso para los países con una deuda estabilizada, el riesgo en el panorama de la deuda se espera que sea al alza cuando miramos hacia adelante,» señaló.

También dijo que los gobiernos se enfrentan a «demandas crecientes para aumentar el gasto en el envejecimiento de las poblaciones, la defensa, así como en las necesidades de desarrollo».

Ante esta incertidumbre fiscal creciente, la investigación del FMI, titulada «Fiscal Guardrails against High Debt and Looming Spending Pressures» (Límites de contención fiscal contra la alta deuda y las inminentes presiones de gasto), insta a establecer reglas fiscales sólidas para fomentar la disciplina y gestionar las demandas de servicios públicos.

Según el FMI, más de 120 países ya han adoptado al menos una regla fiscal y aunque ha habido un esfuerzo reciente por introducir mayor flexibilidad (como las cláusulas de escape), persisten desafíos preexistentes y la efectividad sigue siendo débil, particularmente en los mercados emergentes y países en desarrollo.

En Colombia, por ejemplo, el Ministerio de Hacienda reveló a principios de este año que sí cumplió con la Regla Fiscal en 2024, a pesar de que el déficit fiscal estuvo 1,2 puntos porcentuales por encima de la meta definida (5,6 %) y cerró el año en el 6,8 % del PIB. Los expertos manifestaron que en realidad no se había logrado cumplir con el objetivo propuesto.

Las tres claves para mejorar las reglas que guían la disciplina fiscal

El informe destaca que el principal desafío político es diseñar reglas que preserven la disciplina fiscal y mitiguen los riesgos soberanos, al tiempo que permitan una estabilización contracíclica y una inversión productiva a largo plazo.

El economista del FMI, Julian Akalan, se refirió a los tres pilares que identificaron para mejorar el diseño de dichas reglas: la elección de un anclaje fiscal prudente (un objetivo de deuda a medio plazo calibrado según las características del país y riesgos específicos), el fortalecimiento de las instituciones fiscales (incluyendo marcos fiscales a medio plazo y supervisión independiente) y la introducción de mecanismos de corrección sólidos.

Particularmente, según el organismo, los mecanismos de corrección son cruciales para generar credibilidad en el mercado, ya que especifican con antelación un camino de ajuste fiscal más estricto cuando los riesgos de deuda aumentan.

Además, el análisis empírico respalda su eficacia. Según el FMI, «la introducción de una regla fiscal con un mecanismo de corrección robusto contribuyó a una disminución significativa y duradera del diferencial soberano en estos países de alrededor del 25 %».

Una de las advertencias clave de los expertos se centra en la tentación de los gobiernos de excluir ciertos tipos de gasto de las reglas fiscales, como la inversión, para cumplir con los límites sin hacer reducciones.

Lamb explicó que, si bien esto puede parecer una solución a corto plazo, abre la puerta a la mala clasificación del gasto y a un riesgo de insostenibilidad: «la exclusión de las reglas de gasto tiende a llevar a una acumulación de deuda, por lo que si se omiten algunas inversiones adicionales ciertamente los países podrán acatarlas, pero, al mismo tiempo, la deuda continuará acumulándose, lo que podría socavar las preocupaciones sobre su sostenibilidad, especialmente para aquellos países donde ya es alta».

Para los países con altos niveles de endeudamiento (como los que inician con un 110 % o 140 % del PIB), relajar las reglas para financiar inversiones adicionales aumentaría la deuda a un nivel aún más insostenible, ya que las tasas de interés se dispararían y los efectos positivos sobre la producción serían más débiles.

El FMI concluyó que cualquier ajuste a las reglas fiscales debe ser cuidadosamente calibrado para preservar la sostenibilidad de la deuda y mantener la transparencia.