Un reporte de Bank of America-Merril Lynch reveló que al cierre de la semana pasada las acciones terminaron el trimestre con otra semana de «enormes» salidas de flujos de inversión.
De acuerdo con ese banco estadounidense, se presentaron salidas de US$13.100 millones de acciones globales, detallando que salieron US$10.600 millones de ETFs y otros US$2.500 millones de fondos mutuos.
Además, se fueron otros US$2.0 millones en amortizaciones de bonos.
Allí se señala que ya se ha ido alrededor del 22% de las entradas récord de YTD en acciones.
Con la brusca reversión reciente de la confianza, dijo un reporte de Zero Hegde, no es de extrañar que el primer trimestre haya visto la primera pérdida trimestral en el índice S&P 500 de la Bolsa de Nueva York desde 2015 y la primera caída trimestral en el índice FTSE All World desde el comienzo de 2016.
Bank of America (BofA) explicó que EE.UU. una vez más fue el foco de las ventas. De hecho, en lo que el estratega jefe de inversiones de BofA, Michael Hartnett, denominó «el último trade del QE», Japón registró los segundos ingresos más importantes con un récord de US$5.800 millones y anualizó un récord de entrada de US$149.300 millones para 2018 ya que los inversores se apresuraron a la seguridad del único banco central que no ha dado ninguna indicación de que se reducirá la liquidez en el corto plazo.
Mientras tanto, el fundamento que había guiado a las acciones durante años (cortesía de las recompras de deuda barata) parece estarse resquebrajando a medida que los fondos de bonos tuvieron un impacto de US$1.900 millones en la última semana.
De hecho, BofA destaca la «grieta en el crédito» como consecuencia de una semana de salidas de deuda IG, HY & EM, en contraste con la décima semana consecutiva de entradas a los bonos del Tesoro».
