El gerente general del Banco de la República, Juan José Echavarría, en compañía de la Junta Directiva del emisor, presentó hoy el informe al Congreso en la Comisión Tercera del Senado.
Echavarría reiteró que la Junta espera un crecimiento del PIB de 3,5% en 2019 y señaló que el mercado es un poco más pesimista pues ubica este indicador entre el 3,1% y el 3,2%.
“Si crecemos más del 3,5% en Colombia, hoy empieza a generarse más inflación. Creemos que el 3,5% es una cifra adecuada para el país”, dijo Echavarría.
Juan José Echavarría se mostró conforme con los resultados de inflación arrojados por el Dane (3,25% hasta abril) y agregó que ya que el indicador está controlado espera que la tasa de política monetaria de 4,25% se mantenga estable por algún tiempo.
El gerente también dijo que el Gobierno Nacional está cumpliendo con las “reglas de juego” de la Regla Fiscal.
Sin embargo, Echavarría advirtió que el déficit de la cuenta corriente es una de las principales preocupaciones, y desafíos que hay para la economía nacional.
“Nuestro pronóstico de cuenta corriente se ha venido deteriorando con el tiempo. Hace un año hablábamos de 3,7% del PIB hoy hablamos del 4,3% del PIB. Ese porcentaje es alto porque el promedio del déficit de los países emergentes del 4% del PIB”, explicó el directivo del emisor.
En materia de ganancias del emisor para este año, Echavarría dijo que proyectan unas utilidades de $3,3 billones para 2019. Este pronóstico lo comparte el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, quien también estima que el emisor entregará utilidades superiores a los $3 billones.
Las ganancias del banco central superiores a $3 billones estarían por encima en más de $1 billón frente a lo esperado por el Gobierno Nacional en el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2018 pues allí se estimaba que las utilidades del emisor en 2019 serían de $2,01 billones.
En el informe al Congreso también se advierte que el crecimiento del salario mínimo puede afectar el desempeño del mercado laboral colombiano.
El banco central dijo que existe evidencia que indica que el efecto de los ajustes del salario mínimo sobre el crecimiento neto del empleo total y del empleo formal es negativo.