El Ministerio de Minas y Energía, dirigido por Edwin Palma, expidió la circular 40039, en la cual se estipuló que se priorizará el servicio de gas para hogares y taxistas. La medida se implementaría a través de la habilitación de contratos con interrupciones, un mecanismo que permite que estos usuarios tengan el servicio en un escenario de estrechez de la oferta en Colombia.
Para los analistas del sector energético, la medida sí puede operar, pero su efectividad dependería de que exista en Colombia una oferta confiable que garantice la disponibilidad del energético. También señalaron que no necesariamente significaría una estabilización de tarifas para los usuarios.
El banquero de inversión y analista de la industria, Iván Arroyave, señaló que la medida sí puede operar en la práctica, dado que los contratos con interrupciones existen en la regulación desde hace varios años. Sin embargo, recalcó que su efectividad va a depender de que exista una oferta física disponible, acompañada de reglas claras para su activación y de una adecuada coordinación operativa. Agregó que estos contratos no crean gas, sino que permiten administrar la escasez cuando ya se presenta.
Frente a los interrogantes sobre si la medida del Ministerio es suficiente para estabilizar las tarifas y evitar la especulación, Arroyave afirmó que no necesariamente sería así, pues los contratos interrumpibles ayudan a priorizar el destino del gas hacia los hogares y el sector transporte, pero no garantizan la estabilidad tarifaria ni eliminan las presiones sobre los precios, ya que no corrigen el problema estructural del sector: la falta de gas local.
Según Julio César Vera, experto del sector y presidente de XUA Energy, en el mercado colombiano hay campos de producción que se encuentran en etapa de pruebas, o incluso en desarrollo de proyectos piloto, mediante los cuales podría garantizarse firmeza en el día a día, lo que corresponde a la denominada producción interrumpible.
Estimó que esta se ubicaría entre 70 y 80 millones de pies cúbicos diarios, y que podría ser clave para ir garantizando de manera diaria el abastecimiento que Colombia requiere. Además, sería un mecanismo útil para ir midiendo los procesos de evaluación de esos campos de producción, lo que permitiría confirmar de manera más rápida si esas reservas se ajustan a las necesidades del mercado.
Vera también dijo que no hay gas más costoso que el que no se tiene e indicó que lo único que puede ayudar a superar esta coyuntura es que los dos proyectos de regasificación entren en operación mientras el gas del campo Sirius comienza a producir; sin embargo, el energético de este yacimiento, localizado en aguas profundas del mar Caribe, tiene proyectada su entrada en operación en 2030.
Según argumentó, lo lógico sería que, si hay más gas nacional, así sea mediante lo planteado por el Ministerio de Minas y Energía (contratos con interrupciones), los precios disminuyan. No obstante, la medida pretende la redistribución, para hogares y taxistas, de un energético que ya está escaso, más no la producción a toda marcha.
Finalmente, expresó que, si hay agentes que consideran que existe especulación, lo correcto es presentar las denuncias ante las autoridades de control pertinentes, con el fin de que se investiguen los hechos y se adopten las medidas a las que haya lugar.
