El Gobierno de Colombia ratificó que el departamento de Nariño cuenta con un suministro estable y suficiente de combustibles líquidos, descartando cualquier riesgo de desabastecimiento en la región.
La confirmación fue hecha por el Ministerio de Minas y Energía, que enumeró las acciones ejecutadas durante los últimos meses para asegurar la continuidad en la prestación del servicio y fortalecer el papel de Tumaco como un nodo estratégico para la seguridad energética del país.
Abastecimiento asegurado en Nariño
De acuerdo con las cifras oficiales, entre agosto y septiembre de 2025 se despacharon más de 18,8 millones de galones de combustibles hacia Nariño, superando con amplitud la demanda mensual estimada de 12 millones de galones.
Este suministro incluyó gasolina corriente y extra, biodiésel y Jet A1, lo que permitió garantizar el abastecimiento en estaciones de servicio y atender las necesidades de usuarios residenciales, comerciales e industriales.
El Ministerio de Minas y Energía subrayó que la distribución se ejecutó bajo principios de equidad entre los agentes del sector, en estricto cumplimiento de la normativa vigente.
Además, se activaron mecanismos extraordinarios en los casos en los que fue necesario, con el propósito de mantener la continuidad del servicio y evitar afectaciones a la población.
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El ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, aseguró que las acciones emprendidas buscan entregar estabilidad energética y bienestar de los ciudadanos. “En Nariño no hay riesgo de desabastecimiento. Cada acción que adelantamos está guiada por la ley, la seguridad energética y el bienestar de los ciudadanos”, afirmó el funcionario.
Tumaco, nodo estratégico del Pacífico
Más allá del aseguramiento de los suministros inmediatos, el Gobierno también puso de relieve el papel de Tumaco como un punto clave dentro de la estrategia energética nacional.
Según lo estipulado en el Plan Nacional de Desarrollo 2022–2026, el puerto se proyecta como un nodo estratégico del Pacífico para garantizar el abastecimiento energético y liderar la transición hacia energías más limpias en la región.
Este enfoque busca no solo consolidar la seguridad energética de Nariño, sino también posicionar a Tumaco como un centro logístico fundamental para el transporte, almacenamiento y distribución de combustibles, a la vez que se convierte en una plataforma para impulsar proyectos de energías renovables en el mediano y largo plazo.
El desarrollo regional
Las medidas adoptadas forman parte de una política integral que busca articular el crecimiento económico de la región con la garantía de un suministro confiable de energía.
De esta manera, el Gobierno apunta a respaldar el desarrollo actual y futuro de Nariño, brindando confianza a los ciudadanos y a los sectores productivos que dependen del acceso estable a combustibles.
La estrategia también pretende reforzar la seguridad energética del suroccidente del país, que desde siempre ha enfrentado retos logísticos y de conectividad.
Con los volúmenes de suministro superando ampliamente la demanda local, las autoridades confían en que no solo se logra atender las necesidades de la población, sino también fortalecer la capacidad de respuesta frente a eventuales contingencias.
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¿Por qué se habla de desabastecimiento en Nariño?
En Nariño se han reportado problemas de abastecimiento de combustibles que afectan principalmente a las zonas de la costa pacífica, el pie de monte costero y la frontera con Ecuador.
Aunque el Ministerio de Minas y Energía ha dividido el departamento en cinco zonas de distribución, este esquema no ha logrado garantizar el suministro equitativo, y varios municipios enfrentan dificultades para surtirse de gasolina y diésel.
Las causas principales del desabastecimiento están relacionadas con fallas logísticas y de capacidad. En primer lugar, los buques que debían llegar a Petrodecol no lo han hecho, lo que obligó a transportar combustibles por vía terrestre desde Buenaventura y Cartago hasta Tumaco, incrementando costos y tiempos.
Además, la planta de Tumaco presenta limitaciones, ya que su capacidad de despacho es menor a la cantidad de combustible que recibe, lo que genera retrasos en la cadena de suministro.
Otro factor que agrava la situación es la concentración de la operación en dos mayoristas: Petrodecol y Primax.
Esta última cuenta con un espacio arrendado limitado, mientras que algunos distribuidores son reacios a negociar con Petrodecol por dudas sobre su solidez financiera. Como resultado, varias estaciones de servicio tienen dificultades para garantizar el suministro regular a los usuarios, especialmente en las zonas más apartadas del departamento.
Ante esta coyuntura, empresarios del sector han planteado alternativas, como dar mayor protagonismo a la planta de Petronar en Chachahuí y permitir que las estaciones de servicio escojan libremente desde qué planta abastecerse, en lugar de estar restringidas por la división territorial actual.
Estas medidas buscan reducir los cuellos de botella, mejorar la eficiencia logística y evitar que el desabastecimiento se extienda hacia Pasto y otras zonas del norte de Nariño.
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