Gustavo Petro responde a la descertificación de EE. UU. sobre lucha antidrogas en Colombia: esto dijo

Petro inició su intervención señalando que la descertificación representa un insulto no solo para Colombia, sino también para su trayectoria política.

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En una intervención este miércoles, 17 de septiembre, el presidente Gustavo Petro reaccionó a la descertificación que Estados Unidos impuso a Colombia en la lucha contra el narcotráfico, decisión que calificó como una «grosería profunda e injusta» hacia el país que —según él— más ha sufrido las consecuencias de la guerra contra las drogas.

El mandatario defendió su política antidrogas, presentó cifras que respaldan su gestión y cuestionó directamente al presidente Donald Trump, quien ha criticado abiertamente su estrategia.

Petro inició su intervención señalando que la descertificación representa un insulto no solo para Colombia, sino también para su trayectoria política y personal.

«Esta es una injusticia contra el país que más sangre ha regado para que en Estados Unidos y Europa no consuman tanta cocaína. Y es también un insulto hacia mí, porque si alguien ha luchado contra el narcotráfico después de Galán, ese he sido yo, a costa de la inseguridad, intentos de homicidio y persecuciones contra mi familia», expresó el presidente.

El mandatario recordó que Colombia ha sido uno de los países más golpeados por la guerra contra las drogas, con cientos de miles de víctimas entre campesinos, policías, comunidades rurales y líderes sociales. Petro recalcó que su gobierno no está dispuesto a entregar la soberanía nacional, como —según él— ocurrió en el pasado con episodios históricos como la separación de Panamá y la cesión de territorios en el Caribe y la Amazonía.

«La soberanía de Colombia no se entrega. Aquí no se pierde ni un centímetro de territorio ni de independencia política. Solo el pueblo colombiano tiene derecho a decidir sobre su destino», enfatizó.

Críticas a la política antidrogas de EE. UU.

Petro cuestionó la postura del presidente Donald Trump, a quien acusó de ignorar las cifras reales presentadas por Colombia y de dejarse influenciar por sectores de extrema derecha, especialmente grupos políticos y económicos colombianos radicados en Miami.

«Señor Trump, en Miami hay una alianza entre narcotraficantes y políticos colombianos. Usted prefiere escuchar su ideología en lugar de la verdad. Yo tengo las pruebas de esas alianzas y se las puedo mostrar cuando quiera», afirmó el mandatario.

El presidente sostuvo que la estrategia impuesta por EE. UU. durante décadas, basada en la erradicación forzada de cultivos y el uso de glifosato, ha fracasado, pues en lugar de reducir el narcotráfico, ha incrementado la violencia y la cantidad de hectáreas cultivadas de coca en Colombia. Además, señaló que esta política ha causado graves daños ambientales y sociales en comunidades rurales.

Gustavo Petro, presidente de Colombia
Gustavo Petro, presidente de Colombia. Foto: tomada de X @MintrabajoCol

Resultados durante su gobierno vs. gobiernos anteriores

Petro presentó cifras para demostrar que su política de erradicación voluntaria, en lugar de forzada, ha sido más efectiva. Según los datos, durante el gobierno de Iván Duque, cuando se alcanzó el pico histórico de erradicación forzada con 130.000 hectáreas en 2020, los cultivos de coca no disminuyeron, sino que aumentaron drásticamente al año siguiente, alcanzando un crecimiento del 43 % en 2021.

«Erradicaron más que nunca, envenenaron campesinos y ríos, pero en lugar de reducir los cultivos, estos se dispararon. Fue el año en que ganó la mafia», dijo Petro.

En contraste, explicó que, bajo su administración, el crecimiento de los cultivos ha disminuido notablemente:

  • 2021 (Duque): +43 %
  • 2022 (último año de Duque): +13 %
  • 2023 (primer año de Petro): +9 %
  • 2024: +3 %

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Erradicación forzosa incrementó asesinatos de policías

Uno de los puntos más sensibles de la intervención fue el número de víctimas que ha dejado la erradicación forzada. Petro señaló que entre 2011 y 2022 hubo más de 120 policías muertos y entre 300 y 400 heridos durante operativos contra cultivos ilícitos.

«En 2023 no hubo muertos, en 2024 tampoco. Lamentablemente, en 2025 perdimos 13 policías por acceder a la presión de retomar la erradicación forzada. No volveré a ordenar esa política que solo genera dolor y beneficia a los narcotraficantes», aseguró.

En contraste, afirmó que la erradicación voluntaria ha crecido paulatinamente, alcanzando en 2025 más de 22.400 hectáreas sustituidas, frente a las 2.711 del año anterior. Según el presidente, este avance es evidencia de que trabajar con los campesinos es la clave para reducir el narcotráfico de forma sostenible.

Extradiciones y lucha contra las mafias

Petro también defendió su gestión en materia de extradiciones, afirmando que ha enviado a 400 narcotraficantes a EE. UU. durante su gobierno, mientras mantiene suspendida la extradición de tres capos que participan en procesos de paz, como lo permite la legislación colombiana.

«Si logran la paz, se quedan en Colombia. Si no la cumplen, serán extraditados. La paz es un derecho constitucional y debe ser prioritaria», explicó.

Fracaso de la guerra contra las drogas

En su intervención, el mandatario aseguró que la guerra contra las drogas liderada por EE. UU. durante los últimos 50 años ha fracasado rotundamente, tanto en reducir la oferta como en disminuir la demanda.

«Mientras ustedes erradicaban forzadamente, aquí moría un millón de latinoamericanos en esta guerra absurda. Y ahora, en EE. UU., mueren 100.000 personas al año por sobredosis de fentanilo. Si no cambian su estrategia, en diez años serán otro millón de muertos», advirtió.

El presidente resaltó que Colombia, Perú y Bolivia producen cocaína, pero el mayor consumo está concentrado en EE. UU. y Europa Occidental, que no han logrado reducir la demanda. Criticó que se responsabilice a Colombia mientras no existen políticas efectivas para combatir el consumo en los países desarrollados.

Un llamado a cambiar la estrategia

Petro hizo un llamado a Estados Unidos, Europa y la comunidad internacional para replantear la política global antidrogas y enfocarse en atacar las redes criminales y financieras que controlan el negocio.

«Los campesinos no son el enemigo. La guerra debe ser contra los narcotraficantes que se enriquecen y lavan dinero en bancos y empresas en EE. UU. y Europa. No acepto invasiones ni misiles. Acepto inteligencia y cooperación real, con cifras verdaderas y respeto mutuo», sentenció.

Finalmente, destacó que su estrategia está empezando a mostrar resultados medibles, como la reducción del crecimiento de cultivos de coca y el aumento de la erradicación voluntaria. Reiteró que Colombia no cederá su soberanía y continuará defendiendo su enfoque basado en la paz, la justicia social y la protección de la vida.

«No nos pueden descertificar cuando hemos demostrado que nuestra estrategia es más humana y efectiva. La paz es el camino para derrotar al narcotráfico, no la guerra que ustedes impusieron y que solo ha dejado muerte a ambos lados del continente», concluyó.