La Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg) aprovechó su 12° Foro Energético para lanzar un fuerte mensaje sobre los desafíos que enfrenta Colombia en materia de seguridad energética, sostenibilidad financiera e institucionalidad del sector.
En un discurso, Luis Miguel Fernández, presidente de la Junta Directiva de Andeg, expuso los riesgos latentes para el país si la transición energética no se construye bajo criterios técnicos, graduales y confiables.
Aseguró que el mayor peligro no es demorarse en implementar la transición, sino “hacerla mal y comprometer el abastecimiento eléctrico de millones de colombianos”.
Fernández resaltó que la combinación de generación térmica con nuevas fuentes renovables ha sido determinante para mantener la confiabilidad del sistema en los últimos años.
Explicó que, gracias a la capacidad instalada de ciclos combinados firmes en la región Caribe, el país pudo superar recientes fenómenos de sequía sin un solo minuto de racionamiento eléctrico.
“El respaldo de las plantas a gas, carbón y combustibles líquidos ha permitido no solo mantener el suministro, sino también facilitar la entrada de más de 1.300 megavatios (MW) solares y los que están por venir. Esa complementariedad entre generación firme y renovables es la única vía realista para sostener una transición ordenada”, afirmó el directivo.
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El dirigente advirtió que la discusión no puede reducirse a un debate ideológico. “No se trata de apagar unas tecnologías para encender otras. Se trata de construir una matriz diversificada y robusta. El verdadero riesgo no es demorarnos en la transición, sino hacerla de manera improvisada y con ello comprometer la confiabilidad”, precisó.
Subastas de energía con bajo éxito y riesgo de déficit de potencia
Uno de los puntos más críticos del discurso fue la evaluación de la subasta de cargo por confiabilidad de 2024, que –según Andeg– no logró adjudicar la energía firme mínima para cubrir la demanda en el mediano plazo
Luis Miguel Fernández reveló que solo el 25 % de los proyectos adjudicados tendría probabilidad de entrar efectivamente en operación.
“El esquema de cargo por confiabilidad ha sido clave en la historia reciente del sector. Ha viabilizado la expansión de más de 12.000 megavatios de capacidad instalada, con inversiones superiores a US$10.000 millones, y ha garantizado que Colombia sea el único país de América Latina que no ha sufrido racionamientos en los últimos 30 años”, explicó Fernández.
Y agregó que “pero hoy, con tasas tan bajas de éxito en los proyectos, urge convocar nuevas subastas para evitar un déficit de potencia en los años 2029 y 2030”.
Fernández insistió en que cualquier ajuste al esquema debe ser meditado y oportuno. “No podemos abrir un nuevo frente de incertidumbre justo antes de la próxima subasta. La confiabilidad técnica debe seguir siendo el pilar de nuestra matriz”.
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Air-e y el “apagón financiero” que amenaza al sistema
El presidente de la Junta de Andeg también dedicó un apartado a lo que calificó como un riesgo de apagón financiero, derivado de la situación de la empresa distribuidora Air-e, intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos en septiembre de 2023.
De acuerdo con cifras de Andeg, la deuda de Air-e con el mercado eléctrico supera los $1,4 billones, de los cuales $900.000 millones corresponden al sector térmico. Desde la intervención, ese pasivo creció en un 246 %, casi dos veces y media más que antes de la medida.
“Estos recursos son indispensables para el mantenimiento de las plantas y la compra de combustibles que ya hemos adquirido y pagado de manera anticipada, sin recibir el correspondiente pago por la energía entregada. Si las plantas térmicas de la región Caribe dejan de operar por falta de liquidez, la región podría enfrentar un racionamiento de hasta 900 megavatios, lo que representa cerca del 35 % de su demanda total”, explicó Fernández.
La advertencia fue clara: la situación de Air-e no es solo un problema regional, sino un asunto de seguridad energética nacional que, en un escenario de un fenómeno de El Niño fuerte o incluso de verano moderado, podría comprometer la confiabilidad del sistema.
Crecimiento de la demanda y necesidad de infraestructura robusta
El panorama hacia adelante no es menos desafiante. Fernández recordó que la demanda eléctrica en Colombia crece a tasas cercanas al 3% anual, y que los máximos históricos de consumo ya no son excepciones, sino la nueva normalidad.
Esto obedece al proceso de electrificación de la economía, la expansión de la movilidad eléctrica, la entrada de nuevas industrias y las transformaciones tecnológicas en curso. “Todo esto exige un sistema más robusto, flexible y resiliente, capaz de responder a los cambios que trae el desarrollo económico”, afirmó.
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En el plano de la matriz energética, Andeg reiteró que el gas natural licuado (GNL) jugará un papel central en la seguridad energética del país. Fernández instó a avanzar en nuevos contratos de exploración, proyectos de importación de GNL en el Caribe y Pacífico, y la modernización del sistema de transporte de gas.
El gremio también defendió la importancia del carbón y los combustibles líquidos, que seguirán siendo determinantes en escenarios de estrés hidrológico.
Además de su rol técnico, Fernández subrayó el impacto económico y social del carbón, que genera más de 130.000 empleos en las regiones productoras, principalmente en pequeña y mediana minería.
Otro punto del discurso se centró en la discusión tarifaria. Fernández aclaró que revisar el marco tarifario no significa desmontar las leyes 142 y 143 de 1994, que han permitido acceso al servicio en condiciones competitivas.
Lo que se requiere, dijo, es un debate técnico y participativo que garantice tarifas justas, la sostenibilidad financiera de las empresas y el principio de solidaridad que subsidia a los usuarios más vulnerables.
Una hoja de ruta compartida para impulsar la energía en Colombia
El presidente de la Junta de Andeg insistió en que la transición energética debe construirse de la mano del Gobierno, el Congreso, los entes territoriales, la justicia, las comunidades y los gremios.
“La energía es el corazón del desarrollo y el termómetro de nuestra institucionalidad. Colombia necesita un sistema cimentado en decisiones firmes, reglas estables y una institucionalidad fuerte”, precisó el también presidente de Tebsa.
Fernández concluyó señalando que la visión de Andeg no es una agenda gremial, sino una hoja de ruta para la sostenibilidad energética y la reactivación económica del país, con base en experiencia técnica, diálogo y responsabilidad social.
El evento también fue escenario para la presentación de la nueva imagen institucional de Andeg, que busca proyectar al gremio como un aliado del país en la construcción de un sistema energético confiable, sostenible, competitivo e inclusivo.
“Estamos en un punto de inflexión. Las crisis no son solo amenazas, también son oportunidades para corregir y evolucionar. Andeg seguirá siendo aliado de Colombia, generador de empleo y defensor de un sistema energético que garantice bienestar y progreso”, finalizó.