La inflación de Estados Unidos en enero fue de 6,4 %, anunció este martes la Oficina de Trabajo de Estados Unidos (BLS, en inglés), continuando así su desaceleración, pero esta vez a un menor ritmo.
Vale la pena recordar que la inflación en Estados Unidos cerró el 2022 en 6,5 % y las estimaciones planteaban, en líneas generales, una leve reducción al 6,2 %, por lo cual el dato de enero no cumplió con las expectativas.
Esta desaceleración leve también se presentó en la inflación subyacente, aquella que no cuenta a los alimentos ni energéticos. En enero este dato fue de 5,6 %, cayendo desde el 5,7% de diciembre, aunque se esperaba un 5,5 %.
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Esto se explicó por un incremento mensual del costo de vida en 0,5 %, en línea con algunas estimaciones de los analistas especializados.
De acuerdo con el reporte del BLS, el índice de vivienda fue el que “más contribuyó al aumento mensual de todos los artículos”.
Los alimentos (0,5 %), la gasolina (2,4 %) y el gas doméstico (6,7 %) también aumentaron en esta medición.
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Los mercados están atentos al dato de la inflación en aras de evaluar cómo será la política monetaria de la Reserva Federal, ya que, tras el dato de la robustez del mercado laboral, ha reforzado su mensaje de continuar con la política alcista de las tasas de interés.
