Durante los últimos dos años, los resultados y las perspectivas de crecimiento mundial se han deteriorado constantemente, en medio de la persistente incertidumbre política y los débiles flujos de comercio e inversión.
Así lo dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) en su más reciente de informe de perspectivas mundiales.
Ahora estima que el crecimiento del PIB mundial fue del 2,9% este año y proyecta que se mantendrá en torno al 3% para 2020-21, por debajo de la tasa del 3,5% proyectada hace un año y el más débil desde la crisis financiera mundial.
Sin embargo, dijo que las perspectivas de los países a corto plazo varían según la importancia del comercio para cada economía. Espera que el crecimiento del PIB en los Estados Unidos disminuya al 2% para 2021, mientras que el crecimiento en Japón y la zona del euro se situará en torno al 0,7 y el 1,2%, respectivamente.
El crecimiento de China continuará disminuyendo, a alrededor del 5,5% para 2021.
La Ocde proyecta que otras economías de mercados emergentes se recuperen solo modestamente, en medio de desequilibrios en muchas de ellas. En general, las tasas de crecimiento están por debajo del potencial.
La combinación entre las políticas monetaria y fiscal no está equilibrada, dijo. Los bancos centrales se han relajado de manera decisiva y oportuna, compensando en parte los impactos negativos de las tensiones comerciales y ayudando a evitar un empeoramiento rápido de las perspectivas económicas.
De este modo, también han allanado el camino para reformas estructurales y audaces inversión pública para aumentar el crecimiento a largo plazo, como el gasto en infraestructura para apoyar la digitalización y el cambio climático, detalló el informe publicado en París.
Sin embargo, señaló que, hasta la fecha, aparte de unos pocos países, la política fiscal solo ha sido marginalmente favorable, y no especialmente de inversión, mientras que los precios de los activos han sido boyantes.
Sin embargo, la mayor preocupación es que el deterioro de las perspectivas continúa sin disminuir, lo que refleja cambios estructurales no abordados más que cualquier choque cíclico.
Advirtió que el comercio y la geopolítica se están alejando del orden multilateral de los años noventa. “Sería un error de política considerar estos cambios como factores temporales que pueden abordarse con la política monetaria o fiscal: son estructurales. En ausencia de instrucciones políticas claras sobre estos temas, la incertidumbre continuará siendo muy alta, perjudicando las perspectivas de crecimiento”, advirtió.
La organización también llamó la atención sobre el número de eventos climáticos extremos está en aumento y la acción política insuficiente podría aumentar su frecuencia. Pueden provocar, dijo, interrupciones significativas en la actividad económica a corto plazo y daños duraderos en el capital y la tierra, así como flujos migratorios desordenados.
Los planes de adaptación están en sus primeros pasos, mientras que la mitigación, alejándose de los combustibles fósiles, a través de medidas como los impuestos al carbono, ha resultado ser un desafío técnico y político.
“Los gobiernos deben actuar rápidamente: sin un sentido claro de dirección sobre los precios del carbono, las normas y la regulación, y sin la inversión pública necesaria, las empresas pospondrán las decisiones de inversión, con graves consecuencias para el crecimiento y el empleo”, concluyó.
Sobre Colombia, la Ocde espera que el crecimiento siga en aceleración hasta 2021 cuando crecería a una tasa menor.
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