El Olympique Lyon, un histórico de la Ligue 1 de Francia, atraviesa uno de sus momentos financieros más delicados desde su fundación oficial como club de fútbol en 1950. Y es que las cifras son alarmantes: acumula 323,8 millones en números rojos entre 2019 y 2024, con perspectivas aún peores para la próxima temporada 2025/26.
La dependencia de traspasos, sumado al brutal descenso de sus ingresos por derechos televisivos y un gasto estructural desmedido, amenazan seriamente su sostenibilidad.
El equipo de ‘Les Gones’ vio disminuir su cifra de negocio a 162,2 millones de euros, a los que sumó 111,6 millones más en plusvalías por fichajes, es decir, un 15% más que el año anterior y el monto más alto de la última década. Pero pese a este récord en ventas, las pérdidas “muy significativas” fueron inevitables para 2024/25, evidenciando un modelo de negocio insostenible que arrastra desde la pandemia.
La situación del Olympique Lyon refleja un problema endémico de la liga francesa: el drama con su negocio audiovisual. La Ligue 1 ha roto su acuerdo con DAZN en apenas un año y para la temporada 2025/26 debutará con su propia OTT, lo que genera una enorme incertidumbre sobre los ingresos futuros. Tan solo para ‘Les Lyonnais’ esto se traduce en una dura disminución de los ingresos por televisión, pasando de 94,6 millones en 2023/24 a apenas 22,8 millones en 2024/25, con proyecciones que lo acercan a los 10 millones de euros para el periodo que comienza.
Su único ‘auxilio’ serían los traspasos
La dependencia del mercado de pases como principal fuente de oxígeno representa un enorme riesgo para el Olympique Lyon. Aunque el club registró 111,6 millones de euros en plusvalías por fichajes en 2024/25, si no se realizan ventas significativas la situación empeorará. A casi un mes del cierre del mercado de verano en Europa, las salidas anunciadas suman apenas 20 millones de euros y el valor total de plantilla, según Transfermarkt, es de 164,1 millones de euros.
Esto significa que el club necesita desprenderse urgentemente de jugadores fundamentales de su plantel para equilibrar sus cuentas, una estrategia insostenible a largo plazo sin un gasto estructural controlado y planificado.
Y, a pesar de la renovación de Groupama por los derechos del nombre del estadio del Olympique Lyon hasta 2030, los ingresos por patrocinio y publicidad cayeron un 18% anual, es decir, hasta 30,4 millones de euros. La reestructuración del grupo ha hecho que negocios como el OL Vallée Arena y los equipos femeninos ya no se consoliden, significando una pérdida de 4,7 millones de euros en facturación.
El ‘salvavidas’ de Michele Kang: Una inyección de capital para la supervivencia
Ante este panorama sombrío, la empresaria Michele Kang se ha convertido en el salvavidas del Olympique Lyon. Kang invirtió 11 millones de euros en 2023/24 por una participación adicional del 31,95% en el vehículo que opera el OL Reign (ahora OL Lyoness), reduciendo la participación del club de la Ligue 1 al 15,14%.
Pero su rol fue mucho más allá, pues fue ella quien cubrió mayoritariamente una inyección de capital de 87 millones de euros que facilitó la obtención de una línea de crédito adicional por 30 millones. La entidad admite el «papel activo» de Kang en el apoyo a la dirección ejecutiva y se ha comprometido a recortar el gasto en plantilla deportiva desde este mismo año.
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Kang también asumió la presidencia y consejería delegada de Eagle Football Group, el holding de John Textor, reemplazando al empresario estadounidense en el club francés, con Michael Gerlinger como nuevo director deportivo. Esta reestructuración busca estabilizar el club y redirigir su rumbo financiero.