Petro advierte: con impuestos o precios más caros de la gasolina se pagará déficit fiscal

El presidente Petro ha iniciado una nueva controversia en torno al papel que jugaron los subsidios a la gasolina y el diésel en las finanzas públicas.

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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha iniciado una nueva controversia en torno al papel que jugaron los subsidios a la gasolina y el diésel en la actual situación de las finanzas públicas por cuenta del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).

Mientras el jefe de Estado sostiene que los $72,8 billones desembolsados para saldar el déficit del FEPC son una de las causas centrales del déficit fiscal, uno de los ejecutivos de Ecopetrol negó que esa cifra pueda señalarse como la raíz de la crisis.

La polémica tomó fuerza luego de que el diario El Tiempo publicara el artículo en el que aseguraba que “Ecopetrol volvía a contradecir al presidente Petro” por la deuda por subsidios de los combustibles y el déficit fiscal.

En respuesta, la petrolera emitió un comunicado en el que reconoció los pagos realizados por el Estado, pero reiteró que sus aportes a la Nación en impuestos, regalías y dividendos superan con creces lo recibido por el FEPC.

La visión de Petro sobre los subsidios a la gasolina

El presidente Petro ha sido enfático en señalar que la deuda acumulada por el FEPC fue una “aberración” de política económica.

En su cuenta de X, afirmó que se trató de “uno de los mayores errores de política fiscal de los últimos tiempos”, originado en la decisión del Gobierno de Iván Duque de mantener congelados los precios internos de la gasolina y el diésel durante la pandemia.

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Según Petro, esta medida respondió a la necesidad del expresidente de sostener el respaldo de los sectores de mayores ingresos, lo que significó que recursos del presupuesto nacional —en su mayoría destinados a enfrentar la emergencia sanitaria— terminaran subsidiando el consumo de combustibles en estratos altos y en empresas con gran capacidad adquisitiva.

El mandatario señaló que, mientras en otros países la lucha contra el Covid-19 no se tradujo en un incremento de la pobreza, en Colombia la política social “se invirtió”: se redujo el impacto en los combustibles a costa de disparar la desigualdad.

“Billones de pesos del erario se entregaron como subsidio a los más ricos, mientras la pobreza alcanzó niveles récord”, aseguró.

Para el jefe de Estado, esa deuda nunca debió haberse pagado con el presupuesto. La calificó de “subsidio inconstitucional” y aseguró que la Corte Constitucional “dejó pasar” un error que hoy tiene al país con un déficit estructural.

Durante su mandato, Petro ha reconocido que, al descubrir la magnitud del problema, decidió equiparar los precios internos de la gasolina con los internacionales para cerrar la brecha y evitar que el déficit continuara creciendo. Esa decisión llevó a que el precio del galón de gasolina en Colombia prácticamente se duplicara, alcanzando niveles cercanos a los $16.000.

El mandatario justificó la medida como una forma de detener la hemorragia fiscal, aunque admitió que el daño ya estaba hecho.

Además, sostuvo que de haberse trasladado el déficit directamente a los consumidores, Colombia habría avanzado con mayor rapidez hacia la movilidad eléctrica.

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También el jefe de Estado en su trino señaló que “jamás se debió pagar el déficit de la gasolina que dejó Duque, comprada a precios internacionales muy altos y vendida a precios bajos, con el Presupuesto. Eso constituyó un subsidio inconstitucional, que la corte, dejó pasar”.

En ese orden de ideas, Petro culpó a sus anteriores ministros: “(…) implementada por Restrepo y Ocampo, y seguida por Bonilla, es uno de los peores errores de política económica, y es responsable del déficit fiscal”.

En el más reciente Consejo de Ministros, Petro reforzó esta postura: “Duque elevó la pobreza extrema en Colombia por subsidiar a los ricos. Parte de eso fue el FEPC. Se pagaron $70 billones que hoy podrían haber financiado casi todos los programas sociales del Gobierno”.

La propuesta de Petro sobre los subsidios a la gasolina: “que los más ricos paguen”

Ante la magnitud del déficit, Petro anunció que en la próxima reforma tributaria propondrá que la deuda derivada del FEPC sea asumida por los sectores de mayores ingresos.

“Esa deuda debe ser pagada por los más ricos de la sociedad, y si el Congreso se opone, será a través del precio de la gasolina”, manifestó.

La iniciativa estaría acompañada de una reducción en el impuesto de renta para las empresas, con el argumento de que se trata de un ajuste necesario para restablecer la justicia fiscal y aliviar el déficit.

La versión de Ecopetrol: aportes superiores a los pagos recibidos

En su momento, Camilo Barco, vicepresidente Corporativo de Finanzas y Valor Sostenible, explicó que si bien el Gobierno Nacional pagó $72,8 billones a la compañía entre 2022 y 2025 por concepto del FEPC, durante ese mismo periodo la petrolera entregó al fisco $141,1 billones en impuestos, regalías y dividendos.

“Decir que gracias a esos $72,8 billones hoy tenemos un problema fiscal particular es impreciso. Lo cierto es que Ecopetrol ha devuelto al Estado casi el doble en transferencias”, precisó Barco.

En cifras, el contraste es evidente:

  • En 2022, la Nación pagó 18,3 billones de pesos por el FEPC, mientras que Ecopetrol transfirió 42,4 billones.
  • En 2023, el pago por subsidios fue de 26,3 billones, pero la compañía giró 58,3 billones.
  • En 2024, las transferencias fueron de 40,4 billones frente a 20,5 billones pagados del FEPC.

Incluso en 2025, Ecopetrol anticipó el pago de $7,8 billones en dividendos, cifra que prácticamente se cruzó con la deuda pendiente del fondo ($7,6 billones).

En su pronunciamiento del 12 de agosto, Ecopetrol destacó que el saldo del FEPC cerró en $2,5 billones a junio de 2025, el más bajo en los últimos cuatro años, reflejo del esfuerzo fiscal realizado por el Estado.

La compañía reconoció que estos pagos fueron fundamentales para mantener en marcha su plan de inversiones y cumplir con los objetivos de transición energética.

El comunicado también recordó que el déficit sin precedentes del FEPC se generó entre 2021 y 2022, como consecuencia del incremento en los precios internacionales de los combustibles tras la pandemia, el conflicto entre Rusia y Ucrania y la depreciación del peso.

¿Y ahora qué?

Más allá de la diferencia de conceptos entre Petro y Ecopetrol, expertos señalan que el verdadero dilema está en el diseño mismo del FEPC.

El mecanismo, creado en 2007, buscaba amortiguar la volatilidad de los precios internacionales, pero en contextos de choques prolongados, como el vivido en 2021 y 2022, terminó acumulando un déficit inmanejable.

Los recursos del fondo no fueron suficientes para cubrir la diferencia entre los precios internacionales y los nacionales, y al ser Ecopetrol el proveedor de los combustibles, la deuda quedó en manos del Estado.

Con el déficit del FEPC reducido a su nivel más bajo en cuatro años, el Gobierno se concentra en evitar que el problema se repita. La subida en el precio de la gasolina ha permitido financiar parte de la brecha, aunque el diésel continúa subsidiado por la presión de los transportadores.

El futuro inmediato estará marcado por la discusión de la reforma tributaria que presentará el Gobierno. Allí se definirá si la deuda del FEPC se cubre con nuevos impuestos a los más ricos o si se opta por ajustar de nuevo los precios de los combustibles.

Mientras tanto, Ecopetrol insiste en que el balance debe mirarse en conjunto: aunque recibió pagos del fondo, sus aportes al Estado han sido muy superiores. Petro, por su parte, mantiene la tesis de que la decisión de congelar precios fue un error histórico que hipotecó las finanzas públicas.

Lo cierto es que, más allá de las versiones encontradas, el debate refleja la dificultad de conciliar la estabilidad macroeconómica con la protección social, y abre interrogantes sobre cómo financiar la transición energética sin cargar el costo sobre los sectores más vulnerables.