Petróleo al alza: perspectivas para Latinoamérica con repunte del crudo

Alza en precio del barril de petróleo favorece economía de países de Latinoamérica que extraen el crudo. Panorama regional.

FOTO: Pexels

El barril de petróleo marca una tendencia alcista para el segundo semestre de 2021 y sus precios serán determinantes para la entrada de divisas a los países productores de Latinoamérica, la mayoría de estos ubicados en el sur: Brasil, Colombia, Venezuela y sus vecinos, que también tienen destacadas reservas.

Solo en los primeros seis meses del año el crudo anotó una subida superior al 45 %. La referencia Brent comenzó el año, el 4 de enero, a US$51,09 y terminó el pasado 30 de junio en US$75. La WTI mantuvo esa tendencia: en la primera jornada de enero inició en US$47,62 y esta semana culminó semestre en US$73,47.

La Opep +, instancia en la que convergen los principales países productores, determinó el pasado jueves aumentar la producción en 400.000 barriles entre agosto y diciembre y mantendrá una revisión especial al mercado, al menos, hasta finales de 2022.

El panorama positivo para el petróleo sigue, impulsado por la reactivación económica de las naciones, la reapertura de los vuelos nacionales e internacionales – que empujan la demanda de combustible- y la puesta en marcha del comercio internacional, otro factor que mueve la demanda de combustible mundial.

Latinoamérica es una región dependiente de explotación y exportación de materias primas, factores que condicionan los ingresos de divisas a los países y están directamente relacionados con el incremento en las rentas nacionales.

Al aumentar los ingresos se mejoran los indicadores macroeconómicos: crecimiento económico y mejor condición en la balanza comercial, lo que permite tener mejores recursos”, apuntó Javier Galán Barrera, director del Departamento de Economía de la Universidad Sergio Arboleda de Colombia.

Galán apunta que Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y Ecuador se verán beneficiados por esa tendencia alcista en el precio del . En contraste, las naciones centroamericanas, dependientes de la compra de combustibles, podrían ver afectadas sus economías por el alza en el crudo.

Venezuela presenta un panorama diferente. La potencia del hidrocarburo del subcontinente pasa por una profunda crisis, el Gobierno de Hugo Chávez y el régimen de Nicolás Maduro fueron responsables del deterioro de la infraestructura petrolera del país y PDVSA es una institución que funciona a media máquina.

No todo el petróleo que extrae está disponible para el mercado. Las sanciones impuestas por Estados Unidos impiden a multinacionales extranjeras tener vínculos comerciales con empresas relacionadas con el régimen y los compromisos de envíos con China y Cuba condicionan la producción.

Por eso, el panorama de crecimiento para los latinoamericanos es dependiente de factores políticos y las realidades de cada nación. Colombia vio afectada su producción por el Paro Nacional, Perú pasa por un cambio de Gobierno, Chile elegirá nuevo presidente en noviembre y está en un proceso Constituyente; Argentina vive una apretada situación económica y Brasil emprende una reforma tributaria en un escenario de movilizaciones opositoras.

¿Retorno a un barril elevado?

En la medida que el precio del barril del petróleo suba y la producción de los latinoamericanos se mantenga estable hay un panorama positivo en la entrada de divisas a los países. Pero, a ¿cuánto crecerá su valor?

Goldman Sachs prevé que el barril puede rondar los US$80 durante el tercer trimestre y JPMorgan estima que podría superarse esa barrera en el cuarto trimestre del año. Para el Bank of America ese valor podría llegar a los US$100 en el verano de 2022.

Guillermo Sinisterra, analista de la Universidad Javeriana de Bogotá, apunta que hay un incremento en la demanda de todos los commodities que ha hecho que sus precios suban, pero subraya que el comportamiento en los mercados enfrenta el factor de riesgo de las variantes del Covid-19, sobre todo la delta, que amenaza con nuevos cierres a la economía.

“En términos de oferta y demanda muchas líneas de producción están convergiendo a niveles prepandemia. Pero no veo un factor de escasez, ni de falta de transporte ni de problemas logísticos que pueda elevar mucho los precios, seguimos en un escenario de un barril de petróleo entre US$65 y US$80”, detalló Sinisterra.

Esos valores están por encima del promedio en el precio del crudo de los primeros meses de 2021 y mantienen la tendencia alcista del primer semestre, por lo que se prevé un periodo positivo para el petróleo y los países productores. Eso sí: a la espera de que no se dé un suceso atípico en el panorama internacional.

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