En la lucha contra la incesante inflación de los últimos años, en varios momentos ha sonado la propuesta de aplicar un control de precios en Colombia y en sus similares de América Latina.
Esta es una propuesta ampliamente conocida -y aplicada-, pero que en líneas generales no ha logrado resolver de fondo las perturbaciones en los precios elevados, de acuerdo con diferentes análisis.
Desde la llegada de la presidencia de Gustavo Petro al país se ha hecho mención en un par de oportunidades de este mecanismo, a la par que se han recibido cientos de críticas por este hecho.
Este miércoles la propuesta volvió a sonar en la opinión pública colombiana, luego de que el senador Inti Asprilla lo propusiera en su cuenta de Twitter, aunque luego retiraría el trino.
“Llegó la hora de hablar de control de precios en la canasta familiar. La carestía alimentaria llegó a un nivel invivible para los hogares colombianos”, escribió Asprilla.
Esto se produce toda vez que este miércoles se conoció el dato de la inflación de 13,34 % en marzo para Colombia.
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Vale la pena destacar que el control de precios es un mecanismo que promueve un Gobierno de turno para limitar la franja de costos de un producto en específico, normalmente asociado a bienes de la canasta básica, como la leche, los huevos, entre otras.
Argentina, una espiral de inflación incontrolada por controles de precios
El control de precios es una medida que se ha aplicado en Argentina desde 1952 pasando entre gobiernos de diferentes colores e ideales políticos, hasta la actualidad, donde el kirchnerismo ha vuelto a tirar mano de ello.
Recientemente se anunció un nuevo capítulo del control de precios, que va desde febrero hasta junio, y toma en cuenta un abanico de 49.832 productos que tienen una pauta general de subidas de 3,2 % mensual hasta el próximo junio.
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No obstante, en Argentina la inflación continúa disparada, alcanzando el 102,5 % en febrero pasado, siendo los alimentos los principales contribuyentes con un avance del 9,8 % en el segundo mes del año.
También es preciso apuntar que Argentina vive la segunda crisis inflacionaria de la región, por detrás de Venezuela, dinámica que se vio alterada tras la llegada de la pandemia.
Regresó el control de precios a Venezuela
En el pasado, en Venezuela se aplicó un férreo control de precios que fue, en parte, el protagonista de las imágenes donde las largas filas de personas inundaban los supermercados.
Esta fue una imagen que se recuerda en el período entre 2015 y 2018, donde diferentes gerentes de establecimientos fueron detenidos y se realizaron numerosas fiscalizaciones.
Esto fue suprimido luego de la crisis del apagón nacional en 2019 y, de la mano de otras políticas como la flexibilización del control de cambio, así como de factores propios, esto repuntó la disposición de productos en los anaqueles.
No obstante, ante una evidente desaceleración del repunte de los últimos dos años de la economía, el régimen de Nicolás Maduro volvió a implementar la estrategia del control de precios para productos básicos.
Este aplica hoy en día para 40 productos de consumo masivo. Así, según recoge el diario El País, un kilo de pollo no podrá costar más de US$3, un paquete de harina de maíz no más de US$1,2 y uno de pasta hasta US$1,5.
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Aún así, la inflación sigue disparada en Venezuela llegando al 537,7 % en el pasado febrero. No obstante, los alimentos aumentaron 12 % según la última medición del Observatorio Venezolano de Finanzas, afín a la oposición.
El rubro que en el pasado mes representó el mayor incremento fueron los servicios, con un alza de 156,3 %, explicado por la eliminación paulatina de los subsidios a los servicios básicos que está realizando el régimen.
