La Asociación Colombiana de Ciudades Capitales (Asocapitales) entregó un análisis sobre el impacto que el aumento del salario mínimo en Colombia tendrá en el precio del transporte público en las ciudades más importantes del país.
Dado el incremento del 23 % anunciado por el Gobierno Nacional, dice el análisis, se generará un incremento adicional promedio cercano a los $200 por pasaje en los sistemas de transporte público urbano, sobre el ajuste ya proyectado con base en un incremento del 11 %, “profundizando la presión financiera que enfrentan los sistemas de transporte de las ciudades capitales”.

Agrega el documento que este impacto a manos del salario mínimo en Colombia se produce porque los sistemas de transporte público masivo y estratégico son altamente intensivos en mano de obra.
“En promedio, entre el 40 % y el 55 % de sus costos operativos corresponden a salarios, prestaciones sociales y aportes a la seguridad social, todos ellos indexados al salario mínimo. Por esta razón, cada aumento salarial se traslada de forma automática a los costos de operación, incluso sin ampliaciones de flota, rutas o frecuencias, afectando de manera directa el costo por kilómetro recorrido y el equilibrio financiero de los sistemas”, dice la comunicación.

Otros efectos del salario mínimo en Colombia en el precio del transporte público
Andrés Santamaría, director general de Asocapitales, explicó que este impacto no se limita a los grandes sistemas de transporte masivo de las principales áreas metropolitanas, toda vez que afecta de manera directa a las ciudades capitales intermedias, donde operan sistemas estratégicos de menor escala.
El escenario es complejo en la medida en que estos sistemas cuentan con menor respaldo financiero y mayores restricciones fiscales, lo que incrementa su vulnerabilidad frente a choques de costos laborales.
Al desagregar los impactos, en Cali, el aumento del salario mínimo en Colombia se refleja en un mayor costo operativo del sistema MIO, en un contexto de baja demanda relativa y altos costos fijos, profundizando su déficit estructural y obligando al municipio a destinar mayores recursos para sostener la operación.
“En Medellín, aunque el Sistema Integrado del Valle de Aburrá presenta un mejor equilibrio financiero, el incremento salarial impacta los costos de operación de buses alimentadores, tranvía y personal de estaciones, traduciéndose en mayores transferencias públicas o en la necesidad de reprogramar inversiones futuras”, complementa Asocapitales.

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Finalmente, para el caso de Bogotá, donde opera el sistema de transporte masivo más grande del país, el aumento del salario mínimo en Colombia ejerce una presión significativa sobre el Fondo de Estabilización Tarifaria, incrementando el costo por kilómetro “y obligando al Distrito a ampliar el esfuerzo fiscal anual para garantizar la continuidad del servicio sin afectar a millones de usuarios diarios”.




