La promesa del presidente estadounidense, Donald Trump, de garantizar la seguridad de Ucrania ha generado expectativa en Kiev y entre los aliados europeos, aunque persisten dudas sobre el alcance real de esas garantías y sobre la disposición de Moscú a participar en un eventual proceso de paz.
De acuerdo con información de Reuters, el lunes, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy calificó como un “gran paso adelante” su reunión extraordinaria en la Casa Blanca con Trump, encuentro en el que también participaron líderes de Alemania, Francia y Reino Unido.
Según el mandatario, la cita abre la puerta a un posible encuentro trilateral con el presidente ruso, Vladimir Putin, en las próximas semanas.
La cumbre contrastó con la reunión fallida de febrero entre Trump y Zelenskiy, marcada entonces por tensiones diplomáticas. Esta vez, el ambiente fue descrito como positivo y sin exigencias inmediatas de capitulación por parte de Washington. Sin embargo, analistas coinciden en que el camino hacia una paz duradera sigue siendo incierto y que Ucrania podría verse forzada a hacer concesiones territoriales dolorosas.
Ataques rusos durante las negociaciones
Mientras las conversaciones se desarrollaban en Washington, Rusia lanzó el mayor ataque aéreo de agosto contra Ucrania: 270 drones y 10 misiles, de los cuales 16 alcanzaron objetivos estratégicos.
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En línea con la Fuerza Aérea ucraniana, las ofensivas golpearon instalaciones energéticas en la región central de Poltava, donde se ubica la principal refinería del país, provocando grandes incendios y dejando sin electricidad a más de 1.500 hogares.
El alcalde de Kremenchuk, Vitalii Maletskyi, reportó múltiples explosiones y una columna de humo que se extendió sobre la ciudad, asegurando que “Putin no quiere la paz: quiere destruir Ucrania”. Moscú, por su parte, afirmó que sus ataques estaban dirigidos a infraestructura petrolera utilizada por el ejército ucraniano.
Entre tanto, Trump aseguró a Zelenskiy que Estados Unidos respaldará a Ucrania en cualquier acuerdo de paz, pero no especificó los términos de las garantías de seguridad ni condicionó su propuesta a un alto el fuego inmediato.
Tampoco apoyó la recuperación de Crimea por parte de Kiev ni su ingreso en la OTAN, dos de las principales aspiraciones ucranianas.
“Existe una gran incertidumbre sobre qué significan esas garantías en la práctica”, señaló John Foreman, exagregado de defensa británico en Kiev y Moscú.
Zelenskiy anunció que los detalles de las garantías podrían quedar definidos en un plazo de 10 días. Según explicó, el paquete en discusión incluye principalmente sistemas de defensa aérea, aviones y otros equipos por valor de US$90.000 millones. Además, mencionó acuerdos preliminares para que Estados Unidos compre drones ucranianos cuando se reanude la exportación.
Las líneas rojas de Rusia
El Kremlin no ha confirmado la disposición de Putin a una reunión con Zelenskiy. El ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, sostuvo que Moscú no rechaza ningún formato de negociación, pero advirtió que un encuentro entre mandatarios debe prepararse “con el máximo rigor”.
Putin ha reiterado que no tolerará la presencia de tropas de la OTAN en suelo ucraniano y mantiene su exigencia de control sobre territorios más allá de las zonas ocupadas actualmente por fuerzas rusas.
En ese contexto, Trump ha pedido a Kiev renunciar a la idea de recuperar Crimea, anexada por Moscú en 2014, y dejar de lado la opción de ingresar a la Alianza Atlántica.
Por su parte, los países europeos, aunque aliviados de que Trump no haya recortado el apoyo a Ucrania, ven con cautela la iniciativa.
El secretario General de la OTAN, Mark Rutte, afirmó que la membresía plena de Ucrania en la organización no está en discusión, pero que se analizan garantías de seguridad similares al principio de defensa colectiva del artículo 5 del tratado fundacional.
Cabe recordar que el artículo 5 de la OTAN establece que un ataque armado contra un país miembro se considera un ataque contra todos. Esto obliga a los demás aliados a responder y defender al país agredido, incluso con el uso de la fuerza militar.
Así las cosas, el ministro alemán de Exteriores, Johann Wadephul, pidió a Moscú aprovechar la oportunidad de sentarse a la mesa: “Trump ha abierto la puerta a la sala de negociaciones, y Putin debe entrar. Si no, las sanciones deberán intensificarse”.
Mientras tanto, Ucrania y sus aliados seguirán en consultas dentro del formato denominado “Coalición de los dispuestos” para coordinar los próximos pasos, en línea con información de Reuters.
Escenario abierto
Las últimas conversaciones directas entre Rusia y Ucrania datan de julio en Turquía. Hasta ahora, Putin ha rechazado encuentros bilaterales con Zelenskiy, a pesar de reiteradas invitaciones públicas.
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Expertos advierten que un eventual acuerdo enfrenta múltiples obstáculos. “Es difícil imaginar un pacto que respete las líneas rojas de ucranianos, europeos y rusos al mismo tiempo”, señaló Matthias Matthijs, del Consejo de Relaciones Exteriores.
En Kiev, el mensaje oficial es que hay disposición para dialogar “en cualquier formato”, aunque los temas territoriales se discutirán exclusivamente entre Putin y Zelenskiy. Mientras tanto, los ataques en ciudades como Kremenchuk y Chernihiv refuerzan la sensación de que el camino hacia la paz aún está lejos.
(Con información de Reuters)