La disputa en el Centro Democrático para definir a los precandidatos presidenciales de la derecha apenas comienza. La muerte del senador y precandidato Miguel Uribe Turbay agitó las aguas y dejó abierto el tablero electoral.
El expresidente Álvaro Uribe, líder natural del movimiento, convocó a varios de los líderes visibles, entre ellos: María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Paula Holguín y Andrés Guerra, junto con el director del partido, Gabriel Vallejo, a reunirse a más tardar este martes.
La instrucción: definir una estrategia electoral inmediata tras el vacío que deja Uribe Turbay.
Sin embargo, el pulso no es menor. Cabal había afirmado días atrás, en rueda de prensa, que no había espacio para un nuevo candidato dentro del Centro Democrático y que el partido debía seguir tal y como estaba. Pero las palabras del expresidente apuntan en otra dirección.
Uribe dio un guiño a Juan Carlos Pinzón, quien fue ministro de Defensa y embajador de Colombia ante Estados Unidos. Lo elogió públicamente asegurando tener “el más alto concepto sobre él”, recordando además su paso como ministro de Defensa y representante de Colombia ante el Banco Mundial.
“Pido a nuestros compañeros militantes del Centro Democrático que se supere cualquier prevención porque fue ministro de Defensa en el Gobierno que me sucedió, que hizo bastante daño a Colombia y también al Dr. Pinzón”, escribió Uribe.
El espaldarazo generó incertidumbre dentro del partido, pues abre la puerta a un reacomodo en la lista de precandidatos.
Junto a Pinzón, empiezan a sonar nombres como el abogado Abelardo de la Espriella y la periodista Vicky Dávila, quienes podrían entrar en la contienda.
A ello se suma la posibilidad de que la propia familia de Miguel Uribe proponga un relevo, entre su padre Miguel Uribe Londoño, su hermana María Carolina Hoyos o su esposa María Claudia Tarazona.
El panorama se complica aun más con otros nombres que circulan en los corrillos políticos: el representante Andrés Forero, el exviceministro Rafael Nieto y hasta los hijos del propio expresidente Álvaro Uribe: Jerónimo y Tomás Uribe.
Así las cosas, la muerte de Miguel Uribe no solo dejó un vacío político en la derecha, sino que abrió una lucha interna en el uribismo por redefinir su carta presidencial de cara a 2026.