La Unión Sindical Obrera (USO) expresó que Colombia debe desarrollar pilotos experimentales de fracking. Estos deberían contar con la “más alta veeduría”, pero también abrir posibilidades para el desarrollo de yacimientos no convencionales. Lo anterior lo pusieron sobre la mesa como una medida efectiva a corto plazo para aumentar las reservas de petróleo y de gas.
La organización afirmó que esto traería grandes beneficios a Colombia para su abastecimiento energético y la generación de recursos para el Estado, con lo cual se ayudaría a aliviar la presión fiscal que atraviesa el Gobierno y también la necesidad de reformas tributarias que incrementen el recaudo.
La USO expresó que Colombia tiene reservas de petróleo de 7,2 años y de 5,9 años para el gas, según datos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Este fue uno de los argumentos que utilizó con la finalidad de que se reactive de manera urgente la actividad exploratoria y de producción de hidrocarburos, con el propósito de incrementar las reservas de estos energéticos.
La venta del Permian
A pesar de las declaraciones del presidente de Colombia, Gustavo Petro, Ecopetrol ha sido enfática en manifestar que no hay estudios ni planes sobre la venta del activo Permian, localizado en EE. UU., y que extrae crudo y gas a través de fracking. Este negocio, que la estatal energética tiene junto con OXY, es uno de los más rentables de la compañía. Con base en los resultados financieros del tercer trimestre de 2025 de Ecopetrol, el activo representó 14 % de la producción de todo el grupo.
Nuevamente el sindicato hizo énfasis en que es inviable la venta de activos como este, ya que aportan a las reservas de la compañía. Expresó que el Gobierno Nacional y la Junta Directiva de Ecopetrol deben frenar las intenciones de venta.
La organización solicitó al Gobierno la asignación de nuevos bloques exploratorios y la aprobación oportuna de licencias ambientales. También señaló que debe profundizarse la implementación de tecnologías que aumenten el aprovechamiento del petróleo y el gas que está atrapado en rocas reservorio en los yacimientos.
El sindicato expresó que la posición de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) en no aprobar licencias trajo consecuencias negativas para el desarrollo de los proyectos que el sector requiere.
También rechazó el proyecto del Ministerio de Ambiente para declarar reserva de recursos naturales renovables al bioma amazónico en Colombia. El sindicato manifestó que esto afectaría a la industria y a seis departamentos, entre los que se incluye el Putumayo.
Luego dijo que la transición energética no debe comprenderse como un proceso de emigrar de manera total hacia las energías renovables, sino que estas deben irse añadiendo a las fuentes que ya existen, como el petróleo y el gas. Energéticos que, según la organización, serán demandados en tres o cuatro décadas más, con base en datos de la Agencia Internacional de Energía.

“Colombia requerirá de los combustibles para garantizar su autoabastecimiento energético. Es claro que 65 % de la demanda energética del país proviene del petróleo y el gas. De no garantizarse estos energéticos, Colombia entraría en una profunda crisis que llevaría a la pérdida de la soberanía energética y a la extinción de Ecopetrol”, expresó.
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Otros aspectos que consideró el sindicato fueron la tasa cambiaria, la revaluación del peso, la cotización del Brent, la declinación de los campos maduros, el aumento de costos para la producción de Ecopetrol, el bajo éxito exploratorio en la última década y una política energética que no le apuesta al petróleo y al gas. Todo ello traería riesgos para la seguridad energética de Colombia, lo que conlleva también a un impacto regional, pérdida de empleos y amenaza los derechos de los trabajadores de la industria, según lo dijo el sindicato.
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