El tetracampeón de Fórmula 1, Max Verstappen, ha entrado en conversaciones para adquirir un equipo de MotoGP. Este interés se produce poco después de que el exjefe de Haas F1, Guenther Steiner, formalizara la compra del equipo Tech3 por una suma de cerca de 20 millones de euros.
Según reportes del medio inglés The Race, el entorno del piloto neerlandés ha confirmado que está explorando activamente la posibilidad de convertirse en propietario. Las conversaciones iniciales se han centrado en los equipos satélites de Honda y Aprilia, específicamente LCR Honda y Trackhouse Aprilia.
Sin embargo, las fuentes indican que la operación se encuentra en una fase exploratoria, ya que los equipos han manifestado que no tienen intenciones de vender a corto plazo, lo que convierte la compra en una posibilidad a mediano o largo plazo.
El interés de Verstappen no es un caso aislado. A finales del año pasado, Lewis Hamilton también sostuvo conversaciones con KTM sobre la posibilidad de adquirir una participación en la marca. Esta confluencia de intereses por parte de los dos pilotos más importantes de la Fórmula 1 actual refuerza la idea de que MotoGP está en la mira de las grandes personalidades del deporte automotor, buscando replicar el éxito y el crecimiento económico que ha experimentado la F1 en la última década.
Verstappen: Un imperio de negocios más allá de las pistas
El interés de Verstappen en MotoGP se suma a un portafolio de negocios que ya es considerable para un piloto en activo. Su imperio empresarial abarca desde su propia agencia de viajes, Max Verstappen Official Travel, que organiza la asistencia de la «marea naranja» a los Grandes Premios de F1, hasta una tienda oficial en Países Bajos donde exhibe sus trofeos.
Esta faceta de empresario no es un simple pasatiempo; es una extensión de su marca personal, gestionada directamente por su familia, con su padre y expiloto, Jos Verstappen, a la cabeza.
Su patrimonio neto estimado ronda entre los US$200 y los US$260 millones en 2025. La mayor parte de su riqueza proviene de su contrato con Red Bull Racing, que lo ha convertido en el piloto mejor pagado de la parrilla. Su salario anual se estima en unos US$65 millones, a lo que se suman lucrativos bonos por victorias y campeonatos.
Este éxito financiero le ha permitido invertir en activos valiosos, como un jet privado y propiedades en Mónaco, un paraíso fiscal que le permite retener una mayor porción de sus ingresos.
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Además de ser un exitoso negociante, una curiosidad notable sobre Verstappen es que su entrada a la F1 en 2015, con tan solo 17 años y 166 días, lo convirtió en el piloto más joven en competir. Esto llevó a la FIA a implementar la «Verstappen Rule», que establece que los pilotos deben tener al menos 18 años y una licencia de conducir para competir.