Por: Ana Karina Quessep, presidenta de BPrO
Invertir en bienestar en el BPO no es un gasto, es una estrategia inteligente. El sector depende del talento humano, y cuando las personas se sienten cuidadas, escuchadas y motivadas, el servicio que entregan es más humano, más cercano y mucho más eficiente. El bienestar no es un accesorio: es la base para que la industria pueda sostener su crecimiento y seguir siendo competitiva.
La experiencia demuestra que el bienestar sí transforma los resultados. Un plan bien diseñado puede reducir la rotación hasta en un 10 % y bajar el ausentismo en un 15 %. Eso significa menos pérdidas por capacitación, equipos más estables y clientes más satisfechos con la calidad del servicio. En otras palabras, cuidar a la gente también es cuidar la productividad y la sostenibilidad del sector.
Este impacto se logra con acciones muy concretas: programas de salud mental, flexibilidad laboral, apoyos educativos, transporte nocturno para quienes trabajan en turnos y hasta días libres cuando se cumplen metas. Y lo más importante, hoy la tecnología nos permite medir en tiempo real cómo estas iniciativas impactan en la vida de los colaboradores y hacer ajustes rápidos cuando se necesitan.