Gobierno estudiará “con cuidado” propuesta de vender Ecopetrol; habrá reformas en impuestos

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Un día después de haberse oficializado su nombramiento como el próximo ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla Barrera, acudió por última vez como presidente de la Junta Directiva de Fabricato a la Asamblea extraordinaria de la textilera.

Al término de la reunión accedió a comentar aspectos del estado en que recibe la economía, así como de las prioridades en temas fiscales y los desafíos inmediatos que debe resolver.

Tres son los mensajes: la regla fiscal se respetará, se impulsarán las reformas tributaria y pensional y se estudiará la propuesta de vender Ecopetrol.

Su nombramiento coincidió con la presentación de las ideas que el Consejo Gremial Nacional (CGN) le planteó al presidente electo Iván Duque para reactivar la economía, ¿cuáles serán las prioridades?

“Vamos a seguir teniendo éxito en la lucha contra la pobreza, que ha venido reduciéndose durante los últimos 20 años de una manera muy importante para Colombia y un componente clave de eso es el crecimiento económico y, para sustentarlo, tenemos que pelear, luchar y sacar adelante unas ganancias más grandes en productividad”.

Para lograr esos propósitos se necesitarán recursos, ¿el estado de la economía es el adecuado para alcanzarlos?

“Se recibe una economía con problemas. Hay bastantes cosas que arreglar, tenemos mucho tornillo que apretar y mucha teja que hay que pegar, pero se recibe una economía en la que hay credibilidad para gozar de tasas de interés relativamente bajas, unos inversionistas confiados en que esos problemas los vamos a solucionar. No hay una sensación de descuadre inmanejable, hay una tranquilidad en los mercados, así que vamos a solucionar esas dificultades… a apretar los tornillos sueltos”.

Y tomando su ejemplo, ¿cuáles son las dos tejas que se deben ajustar ya?

“En el lado fiscal tenemos problemas importantes por corregir: estamos gastando mucho. Nuestra Constitución y nuestras leyes nos ponen a gastar demasiado, esa es la consecuencia del debate democrático para el que hemos escogido una ruta de un gasto relativamente robusto frente a lo que es nuestro recaudo tributario. De otra parte, ese problema fiscal se ve un poco más enredado; todos sabemos que la competitividad es fundamental y para incrementarla necesitamos empresas rentables que den satisfacción a sus inversionistas que compensen los riesgos y tenemos un Estado que regula demasiado y carga demasiados impuestos a las compañías”.

En ese contexto, ¿será necesario ajustar la regla fiscal?

“No. Creo que la regla fiscal es un compromiso que tiene Colombia. Una especie de matrimonio de la institucionalidad fiscal del país y hay que pelear las cosas que sean para mantener las condiciones claras. La regla fiscal es un componente importante de nuestra institucionalidad, así es vista y no vamos a discutir sobre eso en este momento”.

Con los problemas que observa la economía, ¿es posible cumplir la regla fiscal?

“En ese matrimonio estamos y en esa dirección nos tendremos que mover. Más adelante, cuando veamos la magnitud de las dificultades y revisemos nuestras proyecciones de crecimiento y otros indicadores veremos si es posible o no, pero de momento inicial hay que decir que esa regla se cumple”.

En un entorno internacional de “guerra de económica”, ¿qué vientos soplarían en contra de Colombia?

“Es un pesar porque veníamos con un fuerte viento a favor. El comercio internacional se deterioró entre 2014 y 2015 y en 2016 empezó a crecer de una manera moderada. Eso se reflejó en nuestras exportaciones, hubo un viento de cola favorable que nos llevaba a escenarios diferentes a los de las épocas de las vacas flacas, posteriores a la crisis internacional. Eso se encuentra con un enorme viento de frente que son las turbulencias derivadas de esta guerra comercial absurda, costosa para el mundo que sin duda tendrá repercusiones para Colombia de seguir así. Uno tiene que confiar en la sensatez y soy muy optimista, de que, así como el comercio internacional nos ha ayudado a prosperar, esto se aclare en la dirección correcta y que lo que tengamos sean vientos de corto plazo”.

Diversas entidades insisten en la urgencia de reformas (tributaria y pensional), ¿invertirá el Gobierno capital político en esas iniciativas?

“Sí, desde luego. El presidente Duque ha hablado claramente. El país, con estas tasas de tributación empresarial, no tiene manera de progresar ni seguir avanzando en la reducción de la pobreza. Además, tenemos enormes obligaciones de gasto que nos imponen ser creativos para saber qué hacer para compensar esas dos cosas”.

Desde que se conoció su nombramiento, en las redes sociales se le critica por su afirmación de que el salario mínimo es muy alto…

“Deben terminar la frase. A lo que hice referencia fue al salario mínimo legal, y se debe tener en cuenta que hay 100 mil colombianos que están ocupados en el mercado laboral que ganan cero. Entonces, mi afirmación se refiere al hecho de que el salario mínimo es alto respecto a la capacidad de pagar que tiene la economía colombiana. Prueba de esto es que, más o menos, el 40 % de las personas en el país ganan menos de ese salario mínimo legal, incluidas las 100 mil que ganan cero. Es decir, declaran ingresos de cero estando ocupadas. Eso es lo que no ha sido parte del debate y me da tristeza, porque una normativa que pone unos criterios en los cuales el 40 % está por debajo, es como si sacáramos un decreto diciendo que todos los hombres en Colombia tienen que medir 1,78 metros”.

La semana anterior se conoció una iniciativa para que el Estado venda las acciones que tiene Ecopetrol, ¿le suena la idea?

“La propuesta se basa en vender un activo que tiene la nación y sustituirlo por otro como un fondo bien manejado o por infraestructura. La iniciativa compara la rentabilidad que le da al país tener infraestructura con la de tener acciones. El planteamiento queda para la discusión y para mirarlo con cuidado”.

(Con información de El Colombiano)

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