El Índice de Gestión de Compras del sector industrial del país (PMI) elaborado por Davivienda registró en agosto 55,3 puntos, frente a los 51,9 de julio, lo que indica una mejora marcada en las condiciones operativas del sector.
Según el documento, el avance refleja una reacción sincronizada en varios de sus frentes con mayor demanda, aumento de la producción, compras de insumos y crecimiento del empleo, acompañados por una moderación en las presiones de costos.
El salto a 55,3 puntos representa la mejoría más pronunciada desde junio de 2022, según el informe, y su origen tiene raíces hacía la recuperación de la demanda con numerosos compradores a reabastecer existencias, lo que se tradujo en un aumento notable de los pedidos recibidos por las empresas industriales colombianas.
Los nuevos pedidos experimentaron un “repunte intenso”, el más rápido en más de año y medio. Ante ese empuje comercial, las empresas respondieron incrementando la producción.
Dentro del documento destaca que el ritmo de expansión de la producción fue sólido y se ubicó en su nivel más alto en más de tres años. Para sostener ese incremento en la actividad, las compañías ampliaron compras de materias primas y reforzaron sus plantillas con contrataciones, lo que contribuyó a mejorar el capítulo de empleo dentro del PMI.
En cuanto a compras e inventarios, el informe apunta que la expansión en la adquisición de insumos fue la más pronunciada desde enero de 2024.
Asimismo, los inventarios de materias primas aumentaron de forma consecutiva y con una aceleración frente a julio; la acumulación se situó en el nivel más intenso observado desde principios de 2025. Los inventarios de producto terminado también registraron una subida —la más sólida en cuatro meses—, apoyados por la mayor confianza de las empresas y las expectativas de ventas futuras.
Un elemento relevante fue la moderación en la presión sobre los costos. Aunque los precios de compra continuaron subiendo en agosto, lo hicieron al ritmo más bajo en 15 meses.
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Según el informe de Davivienda, las empresas que reportaron alzas de precio atribuyeron esos incrementos a subidas en químicos, componentes electrónicos, alimentos y textiles. Esta desaceleración en el alza de costos permitió, además, la primera reducción en los precios de venta en alrededor de 15 meses, poniendo fin a un periodo prolongado de incrementos sostenidos.
A pesar de la reactivación productiva y de las contrataciones, las empresas informaron un nuevo aumento en la cartera de pedidos pendientes. La acumulación de pedidos fue sólida, aunque algo menor que la de julio, lo que sugiere que la capacidad de respuesta aún enfrenta limitaciones puntuales.
Entre esas limitaciones figura el deterioro en los plazos de entrega de los proveedores: los tiempos aumentaron por sexto mes consecutivo desde septiembre de 2023 y los retrasos fueron los más acusados desde enero. El informe señala como causas relevantes el desabastecimiento de materias en distribuidores, obras viales y paros laborales.
En términos de expectativas, la confianza del sector se mantuvo netamente positiva. El optimismo sobre la trayectoria de la producción para los próximos 12 meses sigue presente, sustentado por la expansión de la cartera de clientes, proyectos en cotización y autorización, planes de crecimiento y el lanzamiento de nuevos productos.
No obstante, el nivel de confianza retrocedió respecto al máximo observado en julio (un pico de 37 meses), lo que indica que, aunque las perspectivas siguen siendo favorables, la lectura de agosto apunta a una consolidación más que a una aceleración adicional.