La disputa por el uso de la marca Frisby en territorio europeo sumó un nuevo capítulo este 18 de septiembre, cuando Frisby España SL lanzó un mensaje a través de su cuenta oficial en la red social X.
En la publicación, la empresa aseguró: “Hemos notificado a KFC España por intento de prácticas anticompetitivas para restringir nuestro acceso al mercado UE. Estas maniobras no nos frenan: al contrario, confirman la solidez y el potencial de nuestro proyecto. Nuestra entrada en la UE es firme, y los grandes lo saben”.
Contexto de Frisby España en el mercado europeo
El comunicado se da en medio de una disputa legal y comercial entre la compañía española, la reconocida cadena colombiana Frisby S.A. BIC, y grandes jugadores del sector de comida rápida como Kentucky Fried Chicken (KFC), que dominan el mercado europeo.
El conflicto se remonta a finales de 2024, cuando Frisby España SL solicitó ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) la cancelación del registro de la marca “Frisby” que pertenece desde 2005 a la empresa colombiana, argumentando que esta no ha tenido un uso comercial efectivo dentro de la Unión Europea durante los plazos establecidos por la normativa comunitaria.
Según las reglas de la EUIPO, “un registro puede ser revocado si no se demuestra actividad comercial bajo esa marca en un período de cinco años”.
En mayo de 2025, la EUIPO falló a favor de la empresa española, respaldando su petición y dejando en entredicho la titularidad histórica de la cadena colombiana sobre el nombre “Frisby” en Europa. A partir de ese momento, Frisby España SL —con sede en Bilbao— ha avanzado en planes para abrir locales y franquicias bajo esa marca en distintas ciudades europeas, presentándose como un proyecto independiente y legalmente respaldado por las autoridades comunitarias.
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Frisby Colombia, por su parte, reaccionó a través de comunicados oficiales y entrevistas en medios, denunciando lo que considera un uso indebido de su marca, imagen, identidad gráfica y hasta de su mascota emblemática. La compañía, fundada en 1977 en Pereira y con presencia en decenas de ciudades colombianas, ha insistido en que nunca ha otorgado licencias, franquicias ni permisos para que terceros usen su nombre en Europa. Incluso, la empresa ha adelantado acciones legales para defender sus derechos y ha hecho un llamado a la opinión pública sobre la necesidad de proteger el patrimonio empresarial colombiano en escenarios internacionales.
La reciente acusación de Frisby España contra KFC España añade una nueva dimensión al conflicto. Si bien hasta ahora las disputas se habían concentrado en temas de propiedad intelectual, este anuncio introduce el elemento del derecho de competencia.
Aunque la empresa española no ha detallado públicamente cuáles serían las conductas específicas atribuidas a KFC, la notificación implica que la denuncia podría escalar a instancias como la Comisión Europea o autoridades nacionales de competencia, lo que abriría la puerta a investigaciones formales y posibles sanciones si se comprobara la existencia de conductas ilegales.
Esto teniendo en cuenta que KFC es uno de los líderes en el segmento de pollo frito en Europa, con cientos de locales distribuidos en España y otros países.
Para Frisby España, irrumpir en este mercado implica competir directamente con una multinacional de gran tamaño y con amplios recursos logísticos y financieros. De momento, ni KFC España ni las autoridades europeas han emitido comentarios sobre la denuncia de Frisby España.