Éxito que ahoga: el turismo saturado se ensaña con los destinos estrella de Colombia

El exceso de visitantes en ciertos lugares ha generado impactos negativos tanto en la calidad de vida de los residentes como en la experiencia de los viajeros.

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Los años dorados para el turismo en Colombia parecen no tener fin. A agosto de 2025 el país recibió aproximadamente 3.434.779 visitantes extranjeros, según datos consolidados por el Consejo Mundial de (WTTC) y Migración Colombia, y las proyecciones para el cierre del año estiman la llegada de 7.200.000 de visitantes extranjeros en total, de acuerdo con Anato.

Sin embargo, al igual que en otros países, hay varias ciudades con saturación por el número masivo de visitantes porque se supera la capacidad de los destinos, no solo en términos de espacio, sino a nivel social, económico y medioambiental. Esta tendencia creciente es conocida como overtourism.

Y aunque el turismo es clave para un país, especialmente en términos económicos, demasiados turistas en un mismo lugar y al mismo tiempo generan impactos no tan positivos en la calidad de vida de los residentes, la experiencia del visitante, el medio ambiente y el patrimonio cultural.

Overtourism en Colombia

De hecho, hace un par de semanas, se conoció que Barichara, Santander, conocido como ‘el pueblo más lindo de Colombia’, está enfrentándose al turismo acelerado, y a la vez, a la falta de planificación que amenaza sus recursos naturales, servicios públicos y patrimonio cultural, cosa que ha venido afectando de gran manera a los residentes del municipio porque ha habido crisis de agua en barrios y veredas, presión sobre fuentes hídricas, deterioro del patrimonio arqueológico y conflictos por el uso del suelo.

Cabe aclarar que esto no sucede solo en lugares “pequeños”; también ocurre en grandes departamentos y ciudades como Cartagena, que prácticamente todo el año tiene playas llenas y el centro histórico saturado.

Informalidad en el sector turístico de Colombia
Cartagena de Indias, Colombia. Imagen: Cortesía ProColombia.

También Medellín, que mes a mes recibe bastantes extranjeros, pero además es epicentro de nómadas digitales y de largas estancias, cosa que ha hecho que la vivienda y la calidad de vida se encarezcan.

En el caso de Santa Marta, especialmente en el Parque Tayrona, hay filas casi que “interminables”, saturación en el centro histórico, playas y sitios de entretenimiento. Por el lado del Quindío, ocurre bastante en sitios como Salento y Valle del Cocora.

Y San Andrés, que en su caso ha presentado problemas de capacidad en sus playas más famosas y tensión entre la población raizal por el turismo masivo.

No obstante, gobiernos y entidades han venido tomando conciencia de esto implementando control de aforos, promoción de destinos alternativos como, por ejemplo, otros pueblos cafeteros además de Salento y Filandia, campañas para viajar en temporada baja y la regulación del alojamiento turístico.

Turismo en Colombia
Archipiélago de San Andrés. Imagen: Cortesía MinComercio.

¿Qué soluciones hay?

De acuerdo con Paula Cortés, presidente ejecutiva de Anato, el overtourism es un hecho que debe trabajarse con responsabilidad y planificación, ya que, si bien puede reflejar el éxito de un atractivo turístico, el exceso de visitantes puede posteriormente deteriorarlo, por lo que se hace indispensable mantener el equilibrio entre desarrollo, sostenibilidad y calidad de vida en los destinos.

“En este punto, Colombia ha fortalecido su política de turismo sostenible y desde Anato hemos implementado diferentes estrategias encaminadas a ayudar a las agencias de viajes a diversificar su oferta turística por medio de la formación y viajes de familiarización”, indicó Calle a Valora Analitik.

Y agregó que, frente a este fenómeno, no se trata de limitar el turismo, sino de planificar su ordenamiento y distribución de manera que se protejan y se preserven los ecosistemas.

De igual manera, indicó que es indispensable fortalecer la promoción de otros destinos con vocación turística en otras regiones del país, crear corredores turísticos que conecten zonas con menor flujo de visitantes e intensificar las campañas que incentiven los viajes en temporadas bajas.

“Estos destinos de gran afluencia deben regular sus flujos turísticos mediante sistemas de reservas, control de acceso y evaluación de su capacidad de carga ambiental y social”, enfatizó la presidente de Anato.  

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De acuerdo con datos del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el turismo le dejó a Colombia en 2024 unos US$10.082 millones en ingresos por transporte aéreo y viajes.

Y, para 2025, se proyecta que los ingresos totales del sector superen los US$21.000 millones, con un crecimiento del 10 % en la entrada de turistas internacionales. Por esto, es clave una mejor planificación, diversificación de destinos e inversión por parte de entidades y gobiernos para controlar la situación para que los residentes puedan vivir bien y los viajeros tengan una buena experiencia.