Entrevista | Fenalcarbón advirtió por altos impuestos y costos internos; destacó aporte de pequeña minería

El gremio resaltó que la competitividad, el transporte multimodal y los impuestos son los tres factores para impulsar el sector.

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Los empresarios del carbón tuvieron su encuentro anual durante la Cumbre Colombiana del Carbón 2025, organizada por Fenalcarbón. Durante dos días, el sector pudo debatir acerca del estado de la industria y sus desafíos de cara al futuro.

Teniendo en cuenta que a septiembre este segmento de la economía arroja una contracción de 34 %, entre producción y exportaciones, Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón, explicó a Valora Analitik dónde están las oportunidades y cuáles son las tareas que deberían hacerse para retornar al crecimiento.

¿Cuál es el primer paso para volver al crecimiento del sector?

Lo primero que tiene que suceder en Colombia es que discutamos los términos de competitividad de la carga nacional, independientemente de que hablemos de carbones, de café o de cualquier otro producto con capacidad exportadora. Nosotros no somos competitivos.

Si para mover una carga al interior del país de 1.000 kilómetros nos toca hacerlo por carretera, y resulta más costoso que colocarla del puerto de Barranquilla o de Cartagena a China, definitivamente el país está condenado a desaparecer en materia de comercio global.

Cumbre Colombiana del Carbón 2025, organizada por Fenalcarbón
Cumbre Colombiana del Carbón 2025, organizada por Fenalcarbón. Foto: Pablo Vega / Valora Analitik.

¿Dónde están los desafíos?

Tenemos que avanzar en la multimodalidad, seguir apostándole a la movilidad de carga por el río, por el tren, para que la última milla nos permita reducir costos. Cuando reducimos los costos logísticos internos, somos capaces de asumir los retos de mover nuestras cargas desde los puertos del Caribe hacia destinos hoy más distantes, que son los nuevos centros de consumo, dados los precios actuales.

Por otro lado, las cargas tributarias que nos han impuesto hacen que tengamos que hacer una pausa, porque aquí el único que está ganando y generando renta es el Estado, a través de los impuestos antitécnicos que nos han colocado.

Los empresarios muchas veces asumen los ciclos de precios bajos de una manera estoica, porque nuestros ejercicios no se miran en el comportamiento presupuestal de un año, sino en períodos más largos. Hay años en que los precios bajan y asumimos pérdidas para mantener mercados. Pero cuando esa posibilidad de margen se la lleva la estructura tributaria, lo mejor es bajar, pausar los volúmenes de producción y esperar a que esa estructura cambie.

¿Qué tanto pesan los impuestos en esta industria?

Con estas nuevas cargas tributarias y, sobre todo, con ese último impuesto antitécnico del 1 % a las ventas, que penaliza fundamentalmente a la pequeña minería al interior porque se causa dos veces, en el momento de la venta inicial y en el momento de la exportación, ya nos tiene en un “government take” superior al 90 %.

Puede que la tarifa nominal de renta esté cercana al 45 %, pero todo lo que se lleva el Estado en tasas, impuestos, contribuciones y regalías no deja margen al productor. Tal vez eso es lo que ideológicamente quisiera obtener el gobierno: que el negocio deje de tener margen, y al dejar de obtener margen, que se deje de producir.

Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón
Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón. Foto: Pablo Vega / Valora Analitik.

¿Cuál es el panorama de los pequeños productores?

Yo creo que acá se ha subestimado el valor social de los carbones colombianos y de lo que representan en regiones Boyacá, el Catatumbo, Norte de Santander o Puerto Libertador, en Córdoba.

Este es el sector más democratizado de la minería: de cerca de 1.000 títulos que hay en el país, solo 27 corresponden a la gran minería. Si bien representan el mayor volumen de producción y exportación, las cerca de 3.000 unidades de producción minera en Cundinamarca, Boyacá, Santander, Norte de Santander y Córdoba generan enorme movilidad social y económica para los territorios.

¿Qué tanto puede afectar la carga tributaria?

Cuando se toman este tipo de medidas, realmente no se está valorando ese impacto. Una empresa grande puede aguantar un año o dos, pero el pequeño minero no aguanta seis meses sin pagos. Ahí hay un enorme riesgo de informalidad laboral y de inseguridad, y una disminución del nivel económico en esos territorios. Todo esto ocurre sin que existan alternativas reales de sustitución productiva, económica o fiscal en las regiones.

¿Cómo está Colombia en comparación con otros países productores?

La realidad de los mercados es que hay un reacomodamiento de los centros de consumo. Europa ya no es la gran región industrial que fue en el siglo XIX o XX. Hay una relocalización industrial, y con ella un incremento de la demanda de energía y de energéticos en general, concentrado en Asia, fundamentalmente en India y China, y también en países africanos que buscan salir de la pobreza.

Nosotros somos tomadores de precios; no determinamos el mercado global del carbón. Lo que sucede en el mercado depende mucho de India y China: si crecen, si tienen déficit o sobreoferta de acero, si aumenta su actividad económica, demandan más energía y más productos para infraestructura.

Lo que pase con ellos mueve los precios. Por eso, debemos revisar nuestras estructuras de costos internos para poder salir a competir. Hay demanda de térmicos, metalúrgicos y de coque, pero necesitamos revisar los términos de competitividad que han elevado de forma exagerada los costos de producción y los costos tributarios.