La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) entregó un nuevo análisis sectorial, esta vez sobre el comportamiento de la construcción en el marco de la pandemia por el coronavirus. De momento, la asociación ve un cierre de año más complejo.
Bajo ese contexto, Anif cree que la construcción en Colombia va a contraerse 18,9 %, lo que representa un resultado más crítico desde el 12,7 % que se pronosticó un trimestre atrás.
La razón, dice el análisis, tuvo en cuenta que la reactivación de esta actividad económica se ha dado a un ritmo más lento de lo esperado por el grueso de los analistas.
Así mismo, el Producto Interno Bruto (PIB) de edificaciones tendría una caída del 24,2 %. Las cuarentenas y las exigencias de bioseguridad -que afectaron a la productividad del segmento- se constituyen como las principales explicaciones para ese pronóstico.
“De esta forma, el volumen que en un inicio se tenía previsto para ser entregado en 2020 presentó un desplazamiento de alrededor de $10 billones, lo que, en últimas, termina por disminuir el valor agregado que la entrega de vivienda tiene sobre el PIB edificador”, se lee en el análisis de Anif.
Recomendado: Actividad económica de octubre, la de menor caída en Colombia desde abril
Esa caída también tiene en cuenta la crítica situación que se ha dado en el inicio de obras, registros oficiales dan cuenta de un descenso del 5 % en el total de metros cuadrados de vivienda.
“En lo referente al PIB de obras civiles, proyectamos una caída de 11 % en 2020, resultado que va en contravía de los crecimientos observados en 2019 (10,7 %) y en los dos primeros meses del año”, añade Anif.
Sobre lo que pueda ocurrir en 2021, el documento deja en claro que el desempeño para el segmento de edificaciones podría ser prometedor, previsión que se basa en tres factores.
En primer lugar, la entrega de las viviendas por $10 billones que fue desplazada en 2020 por la emergencia sanitaria y los protocolos de bioseguridad.
En segundo lugar, “el incremento de la puesta en marcha de las obras que estaban estipuladas para 2020, pero que -por el cambio en el punto de equilibrio de los bancos junto con la coyuntura- debieron ser atrasadas. Y en tercer lugar: la presión de los constructores por iniciar proyectos que deben ser entregados antes de diciembre de 2022, de tal forma que logren absorber la demanda generada por los estímulos del plan de subsidios”.
—