Chile dio un vuelco político y eligió como su próximo presidente al ultraderechista José Antonio Kast, quien venció este domingo a la candidata de izquierda Jeannette Jara, de acuerdo con los resultados oficiales preliminares de la segunda vuelta presidencial.
Con el 58,21 % de los votos, Kast se impuso de manera contundente sobre Jara, que alcanzó el 41,79 %, en una elección marcada por una alta participación electoral, que superó el 84 % del padrón habilitado, compuesto por cerca de 15,7 millones de electores. Los votos nulos y blancos representaron alrededor del 7 % del total.
El triunfo de Kast consolida el giro hacia la derecha del electorado chileno, en una contienda en la que el candidato llegó como favorito tras recibir el respaldo de otros liderazgos políticos afines a su proyecto y capitalizar el voto de sectores críticos de la agenda reformista de la izquierda.
Barrida territorial
Uno de los datos más relevantes del resultado fue el desempeño territorial del ahora presidente electo. Kast logró superar a su rival en las 16 regiones del país, desde Arica y Parinacota hasta Magallanes y la Antártica Chilena, consolidando una victoria de alcance nacional.
Incluso en regiones tradicionalmente más disputadas, como la Metropolitana, Valparaíso y Biobío, Kast mantuvo ventajas claras frente a Jara, mientras que en zonas del centro-sur y sur del país las diferencias fueron aún más amplias.
El mapa electoral evidenció un respaldo transversal al candidato de derecha, que logró imponerse tanto en el norte minero como en el sur agrícola y austral, debilitando el peso territorial histórico de la izquierda.

La bienvenida de otros líderes latinos
El triunfo de José Antonio Kast generó rápidas reacciones en el escenario internacional, en particular desde el bloque de mandatarios y líderes identificados con la derecha en la región y en Estados Unidos.
Entre los primeros en expresar su respaldo estuvieron el presidente de Argentina, Javier Milei, y el mandatario de Ecuador, Daniel Noboa, quienes saludaron la victoria del candidato chileno como una señal de cambio político en la región.
Desde Estados Unidos, el Gobierno de Donald Trump también celebró el resultado electoral. A través de un mensaje oficial, el secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que Washington espera una relación estrecha con la nueva administración chilena.
“Bajo su liderazgo, confiamos en que Chile avanzará en las prioridades compartidas, incluyendo el fortalecimiento de la seguridad pública, el fin de la inmigración ilegal y la revitalización de nuestra relación comercial. Estados Unidos espera trabajar estrechamente con su administración para profundizar nuestra asociación y promover la prosperidad compartida en nuestro hemisferio”, señaló Rubio.
En contraste, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, reaccionó con una crítica frontal al resultado electoral y al proyecto político de Kast. En un extenso pronunciamiento, Petro reconoció la contundencia del triunfo, pero cuestionó profundamente su significado político e ideológico.
“Nadie cuestiona el resultado electoral del señor Kast en Chile, su triunfo es contundente. Pero no es un triunfo para la vida y la humanidad”, afirmó el mandatario colombiano.
Petro fue más allá y calificó al sector político que representa Kast como una expresión de fascismo, advirtiendo sobre lo que, a su juicio, sería un retroceso histórico para la región.
“Es el paso del fin del neoliberalismo a la época de la barbarie suicida. Y los pueblos deben declararse en resistencia, hasta que una mayoría trabajadora y juvenil vuelva a instalarse en la historia. Y con el fascismo no se congenia”, concluyó su mensaje donde marcó las líneas rojas.




