El deporte italiano se encuentra ante una posible revolución financiera. El ministro de Deportes de Italia, Andrea Abodi, ha puesto sobre la mesa una propuesta para revertir parcialmente la prohibición de los patrocinios de apuestas, una medida que podría inyectar más de 100 millones de euros anuales al sector.
La propuesta del ministro Abodi busca modificar aspectos del Decreto de Dignidad de 2018, permitiendo nuevamente que las organizaciones deportivas italianas, incluidos clubes y federaciones, puedan firmar acuerdos de patrocinio con empresas de apuestas. «Este tema requiere claridad ideológica. El reto de frenar la ludopatía es serio. Creo que una solución responsable puede equilibrar la lógica económica con la conciencia social», afirmó Abodi.
La propuesta incluye un mecanismo de compensación social: un impuesto del 1% sobre los ingresos por patrocinio que obtengan los clubes y organizaciones deportivas de las casas de apuestas. Los fondos recaudados se destinarían específicamente a:
- Renovaciones de estadios: Una necesidad urgente en Italia, donde muchas infraestructuras deportivas están obsoletas.
- Iniciativas deportivas femeninas y juveniles: Para fomentar la participación y el desarrollo de talentos desde la base.
- Programas de juego responsable: Para mitigar los riesgos asociados a la ludopatía, demostrando un compromiso con la conciencia social.
Si se aprueba este cambio, Italia tomará un camino opuesto al de otros países europeos: España, Bélgica y los Países Bajos han implementado restricciones cada vez más severas sobre la publicidad y el patrocinio de apuestas.
¿Priorizar la reactivación económica del deporte o mantener las estrictas barreras contra la ludopatía impuestas en 2018?
El Decreto de Dignidad de 2018 prohibió de manera tajante el patrocinio y la publicidad de apuestas en el deporte italiano. Esta medida, aunque con las mejores intenciones para combatir la ludopatía, tuvo un impacto financiero significativo: Se estima que, solo en el fútbol italiano, la Serie A perdió más de 100 millones de euros anuales en ingresos por patrocinios.
En ese momento los clubes se vieron obligados a buscar nuevas fuentes de financiación en un mercado ya de por sí competitivo, mientras que ligas como la Premier League inglesa continuaban beneficiándose de acuerdos millonarios con casas de apuestas. De hecho, en la temporada 2023/24, 11 de los 20 equipos de la Premier tenían patrocinadores de apuestas, con acuerdos que alcanzaban los 40 millones de euros en algunos casos.
Y es que el mercado de las apuestas en Italia es enorme, con un volumen de negocio que superó los 9.100 millones de euros en los últimos años en términos de facturación total del sector del juego público, y un mercado de apuestas que mueve 17.000 millones de euros en ingresos brutos de juego (apuestas menos ganancias), lo que subraya el potencial de ingresos fiscales y de patrocinio.
El retorno de los patrocinios de apuestas podría significar un respiro financiero considerable para el deporte italiano. Las proyecciones sugieren que la Serie A, por sí sola, podría recuperar los 100 millones de euros anuales perdidos, lo que permitiría a los clubes invertir más en talento, infraestructura y desarrollo. Este impulso económico es fundamental para que el fútbol y otros deportes italianos puedan competir en igualdad de condiciones con sus pares europeos, que no enfrentan las mismas restricciones.
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Sin embargo, el éxito de esta medida dependerá de la implementación efectiva del impuesto del 1% y de la transparencia en la asignación de esos fondos. Italia se arriesga a ser un caso de estudio en Europa, demostrando si es posible equilibrar las necesidades financieras del deporte con una gestión ética de la industria de las apuestas.