El próximo miércoles 15 de mayo el Dane publicará los resultados de PIB correspondientes al periodo enero-marzo de 2019.
Alrededor de estas cifras hay una gran expectación, no solo porque será la primera lectura del año del indicador de actividad económica por excelencia, sino también porque permitirá comprobar si la perspectiva de repunte en el crecimiento que tienen la gran mayoría de los agentes económicos, liderados por el Gobierno Nacional y el Banco de la República, es ya una realidad.
El equipo de investigaciones económicas de Bancolombia estima que el crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2019 será de 2,7%, antes proyectaban 3%.
“Nuestros modelos cuantitativos, que entre otros insumos incluyen las lecturas más recientes de los indicadores líderes, muestran que el ritmo de crecimiento al inicio de 2019 no fue muy diferente al observado en los dos trimestres previos, ni al total del año anterior”, dicen los analistas.
“Del lado positivo, creemos que la administración pública, que fue uno de los sectores más dinámicos del año anterior, es el que continúa generando un mayor aporte al crecimiento, gracias a la alta ejecución de gasto en el ámbito local”, añaden.
Bancolombia proyecta un cambio de tendencia positivo en el crecimiento de las actividades financieras y la minería. Sin embargo, el sector agrícola y la construcción, serían los que no han tenido resultados tan positivos en el primer trimestre del año.
“A nuestro modo de ver, la suma de todo lo anterior conducirá a que el registro de crecimiento en el primer trimestre haya estado por debajo de lo proyectado tanto por el Ministerio de Hacienda (3,3%) como por el Banco de la República (3,2%)”, dice Bancolombia.
Los investigadores terminaron advirtiendo que un dato del PIB para el primer trimestre que estuviese medio punto porcentual por debajo de lo esperado por las autoridades podría tener repercusiones para la política económica.
“Por un lado, ampliaría el rango de acciones posibles para el Banco de la República para incluir un recorte de tasas, opción que ha sido descartada desde hace un buen tiempo. Por otro lado, crearía presiones fiscales, dada la alta sensibilidad de los ingresos tributarios a la actividad productiva. Esto repercutiría en las cuentas tanto para 2019 como para el próximo año”, concluyó el análisis.