BMI, filial de Fitch, anticipa un 2026 más desafiante para América Latina por desaceleración y riesgos políticos

Aunque a nivel global no se anticipa una recesión, BMI advierte que el crecimiento mundial ha disminuido bruscamente.

Compártelo en:

BMI, una compañía de Fitch Solutions, proyecta una desaceleración generalizada del crecimiento económico en América Latina para 2026, lo que representa un panorama «algo más desafiante».

La firma detalló que esta tendencia se verá principalmente en Brasil y México, lo que definirá en gran medida la trayectoria de los demás países, según el Latin America Monthly Outlook de octubre de 2025.

América Latina: proyección crecimiento económico
Fuente: BMI.

Aunque a nivel global no se anticipa una recesión, BMI advierte que el crecimiento mundial ha disminuido bruscamente, con desaceleraciones en casi todos los países, lo que resultaría en un desempeño global moderado en 2025.

Además, los cálculos de la firma prevén trayectorias variadas en la expansión económica de la región hasta 2029. En particular, el crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) real de Perú (2,5 %-3,0 %) se situaría por delante del de Argentina, Brasil, Colombia (en el rango 2,0 %-2,5 %), Chile y México (entre 1,5 %-2,0 %).

Un desafío notable, según BMI, es la inflación. Si bien Brasil, Chile, Colombia, México y Perú mantendrían tasas de promedio en el rango del 0 % al 10 % entre 2024 y 2029, Argentina destaca con una inflación promedio que supera el 40 % para el mismo período.

Realineamiento político y flujos de capital

Más allá de los desafíos económicos, BMI identifica tres tendencias políticas clave, siendo la principal un giro drástico hacia la derecha en América Latina. El Latin America Monthly Outlook señala que la oleada progresista no perduró y el electorado ha virado hacia posturas centristas o de derecha.

Según la firma, este realineamiento ideológico es bienvenido por los mercados, ya que los inversores se muestran cada vez más optimistas sobre la región. De hecho, se espera que las entradas de capital aumenten aún más y que las acciones latinoamericanas superen el desempeño de otros mercados emergentes.

América Latina: tendencia electoral
Fuente: BMI.

Sin embargo, BMI también advirtió sobre una segunda tendencia hacia la centralización del poder por parte de los gobiernos latinoamericanos, un fenómeno impulsado por la fatiga política y la insatisfacción de los votantes con el funcionamiento de la democracia, lo que lleva a favorecer a líderes que priorizan la acción.

Esta tendencia ha resultado en «múltiples formas de retroceso democrático», desde el autoritarismo total (Venezuela) hasta el autoritarismo competitivo (El Salvador) o la centralización bajo el pretexto de «devolver el poder al pueblo» (México).

El informe resaltó que los desafíos de gobernanza se han intensificado desde 2020, la firma también identificó una preferencia por los gobiernos de ‘hombre fuerte’ por parte de los inversores, dada la estabilidad que logran a corto plazo, pero a pesar de que dicha tendencia erosiona los controles institucionales (como la independencia de los bancos centrales y la transparencia fiscal), lo que incrementa los riesgos estructurales a largo plazo.

El impacto de la política exterior de EE. UU.

Finalmente, BMI subraya que Estados Unidos está adoptando un enfoque más activista hacia la región. La política exterior de la administración Trump, centrada en la seguridad fronteriza (‘Make America Safe Again’), implica una mayor disposición a recurrir a la coerción, incluyendo la designación de grupos de crimen organizado como ‘terroristas’, recortes de ayuda, aranceles y sanciones.

No obstante, las próximas elecciones regionales (incluyendo Bolivia, Chile, Colombia y Brasil hasta finales de 2026) probablemente llevarán al poder a gobiernos alineados ideológicamente con la política de ‘América Primero’ de EE. UU.

Este alineamiento ideológico de derecha podría resultar en una «reducción natural de las medidas coercitivas activas» por parte de EE. UU., aunque aumentará el aislamiento de gobiernos adversarios de izquierda como Venezuela, Cuba y Nicaragua.