Aunque esta modalidad creció debido a la pandemia del coronavirus, expertos señalan que se debe generar un mayor conocimiento de buenas prácticas, para implementarlo con éxito.
El balance más reciente del Ministerio del Trabajo reveló que los teletrabajadores aumentaron en Colombia de 200.000 a más de dos millones de colombianos que en 2020 se pasaron a esta modalidad, como única forma de preservar el empleo.
Según la última encuesta realizada por esa cartera de gobierno, la modalidad de teletrabajo aumentó cerca de un 80% por la pandemia, logrando mantener gran parte de las actividades laborales del país.
Sin embargo, también se visualizó un aumentó en las horas laboradas, pues el 61% de las mujeres y el 53% de los hombres manifestaron haber trabajado más tiempo, lo que evidencia la necesidad de las compañías de implementar herramientas que además de propender por cumplimiento, también lo hagan por el balance laboral y personal de los colaboradores.
Según Luis Fernando Torres, arquitecto de plataformas de Sonda Colombia, empresa de servicios de tecnología (IT), “el teletrabajo, aunque ha venido creciendo y evolucionando en nuestro país, no ha sido prioridad en las organizaciones, debido a un factor determinante: la confianza. En este sentido, es necesario generar conocimiento y dar una consultoría adecuada para determinar la mejor manera de implementar el concepto de Smart Working”.
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Smart Working es la evolución del teletrabajo llevando las prácticas de esta metodología a la confianza que los usuarios tienen hoy día en las aplicaciones móviles o los nuevos servicios de ‘streaming’, es decir generar seguridad tanto a los colaboradores como a las empresas de que sus resultados se mantendrán óptimos, aún cuando no están en la oficina.
Torres asegura que, efectivamente, aunque muchas empresas tuvieron que implementar el teletrabajo para evitar el contagio de coronavirus, no todas están lo suficientemente preparadas para esta nueva fase en la que, aunque muchos volverán a la presencialidad, otros tantos seguirán por largo tiempo en casa y requieren construir un balance entre sus labores y sus prioridades personales; por lo que se deben tener en cuenta los siguientes aspectos para poner en práctica:
- Confianza y cultura: se debe evaluar la certeza que tienen tanto el jefe como el colaborador en la realización de las tareas asignadas y la autonomía de los mismos. Esto va atado a la cultura de la organización en la que se prioriza el alcance de resultados y cumplimiento de indicadores.
- Perfilamiento de los colaboradores: se deben evaluar varios factores como; roles y responsabilidades, espacios de trabajo y necesidades de comunicación.
- Espacios y recursos: modernización los sitios y herramientas que van a usarse, flexibilizando el acceso a información en cualquier lugar.
- Tecnologías de la información: instrumentos en los que se puedan apoyar cada una de las tareas que se requieran hacer para cumplir con los objetivos de la empresa y que permitan hacer seguimiento de la efectividad del teletrabajo, como los softwares de medición de resultados, perfilamiento de colaboradores y seguridad de la información.
- Ciberseguridad: aseguramiento de información sensible y confidencial de las compañías en cualquiera de los dispositivos finales (celulares, tabletas, computadores) que puedan manejar los colaboradores.
- Seguridad laboral y legalidad: contemplar los posibles escenarios de riesgo que tendrán los colaboradores reformando las medidas que actualmente están alineadas a los espacios de trabajo fijos.
El experto agrega mencionando que “las compañías tendrán la inquietud de evaluar qué tan efectiva fue la implementación del teletrabajo. Por lo tanto, es importante estar preparados desde los dos frentes metodológico y tecnológico, promoviendo la gestión del cambio, que al final se traduce en un impulso de la confianza”.