En un reciente informe hecho por Fedesarrollo, para la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), el tanque de pensamiento encontró cuáles podrían ser los beneficios económicos (entre 2021 y 2030) en caso de que Colombia motivara un crecimiento anual equivalente al 0,5 % del Producto Interno Bruto (PIB) en inversión para infraestructura.
De acuerdo con el documento, el resultado podría ser considerablemente positivo en la fase de reactivación. Estimaciones del análisis dan cuenta de que, con esos niveles de inyección de capital, por los próximos 10 años la tasa de crecimiento económico aumentaría, anualmente, 0,8 puntos porcentuales.
Explica el informe que el mayor impacto podría darse en los próximos tres o cuatro años, momentos en los que se espera que la inversión para el segmento ascienda en 1,1 % del Producto Interno Bruto (cada año); fenómeno que se traduciría en un aumento de 1,5 puntos porcentuales para la tasa de crecimiento económico de Colombia.
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“Estos resultados no incluyen las ganancias en productividad y PIB potencial derivadas de una mayor capacidad y eficiencia de la infraestructura de transporte instalada, por lo que se pueden interpretar como una cota inferior a los impactos en materia de crecimiento”, se lee en el estudio hecho por Fedesarrollo para la CCI.
El efecto positivo de estas cifras también se traduciría en mejores datos de desempleo. Dicho aumento de la actividad económica dejaría una reducción promedio de la tasa de desempleo de 0,6 puntos porcentuales (por año).
Es decir que se crearían cerca de 160.000 empleos anualmente, con un pico de 283.000 empleos para los años 2023 y 2024 (que serían los periodos de mayor inversión).
Adicionalmente, se lee en el informe, ese mayor crecimiento económico que se apalanca en la infraestructura dejaría una reducción de la tasa de pobreza del orden de los 0,5 puntos porcentuales, al año. Es decir que 246.000 personas saldrían de esa condición en Colombia.
La proyección más alta que hace Fedesarrollo da cuenta de que, en los próximos tres o cuatro años, 434.000 colombianos podrían dejar de pertenecer al grupo de ciudadanos más pobres.
Juan Martín Caicedo, presidente de la CCI, explicó que “en una visión de largo plazo, destinar recursos al sector de obras civiles es una oportunidad inaplazable para que Colombia continúe cerrando las brechas que aún hoy permanecen en su infraestructura de transporte, para disfrutar de las ganancias de productividad y competitividad que de allí se derivan”.
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Caicedo añadió que los datos comparativos de la calidad de la infraestructura en relación con el PIB per cápita en 124 países emergentes indican que la calidad de la infraestructura en Colombia es deficiente para su nivel actual de desarrollo.
“Esto explica en buena parte los altos costos logísticos y de transporte del entramado productivo, limitando además la capacidad de inserción del país en el comercio internacional. Resolver este cuello de botella será entonces esencial en la urgente tarea de diversificación productiva que tendrá que acometer el país en los próximos años”, concluyó el directivo.
La semana de la infraestructura se llevará a cabo en Colombia entre los próximos 23 y 27 de noviembre.
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