Colombia ha empezado a construir una nueva historia; una historia escrita a partir del sentimiento de victoria y satisfacción, luego de vencer los obstáculos que se enfrentaron hace dos años cuando llegó la pandemia del COVID 19, la cual puso en el camino situaciones que antes parecerían imposibles sobrepasar. Vea más noticias empresariales aquí
Hoy los sueños de Dislicores están ligados a un país que ha sabido concebir las dificultades como oportunidades y reinventarse cada vez que la realidad lo amerite, porque para un colombiano rendirse nunca está entre sus opciones.
El 2020 fue el inicio de una etapa en donde en medio de la incertidumbre las nuevas estrategias e ideas primaron, se tuvo un sin número de aciertos que permitieron continuar con el cumplimiento de las metas y anhelos trazados.
Dislicores apostó a la generación de empleo en el país, donde ya son más de 1.300 corazones los que componen esta gran compañía.
Con esto, llegó la apertura de 18 tiendas, seis stores remodelados, la renovación del e-commerce y del sitio web; lo que permitió que los productos Dislicores llegaran a ser cómplices de los mejores momentos en familia, amigos y seres queridos; respetando siempre el consumo responsable bajo los tres pilares fundamentales: autocuidado, legalidad y moderación.
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Balance Social
Posteriormente, el mundo se enfrentó a dos grandes situaciones: el incremento en los índices de pobreza y la inflación; conscientes de esa realidad, Dislicores asumió el compromiso de realizar un balance social y a partir del estudio realizado se comprendió la necesidad de articularse en diferentes fases.
La primera de este fue hacer una capacitación financiera para enseñarle a los empleados el cómo cumplir sus sueños de una manera fácil y efectiva, evitando los sobreendeudamientos. Como segunda instancia, la Compañía decidió apoyar a cada una de las personas que llevaban más de un año en la empresa dándoles un bono de $400 mil para suplir las necesidades que la inflación haya dejado en los hogares dentro del primer semestre del año.
Finalmente, y sin ser menos importante Dislicores, después de un arduo trabajo de varios meses, le ha apuntado a dejar huella con su balance social y hoy le complace a la compañía anunciarles que a partir de la fecha ha decidido establecer el salario mínimo vital en $1.300.000, buscando beneficiar a casi la mitad de los empleados tanto económica como emocionalmente, para así convertirse en referencia para las diferentes empresas de nuestro país.
“La empresa continúa trabajando en su balance social. Ya empezamos a trabajar en programas de vivienda y posteriormente continuaremos con la gestión en educación y salud”, concluyó Luz María González de Bedout, chief legal and Relationship Officer.
