Al patio taller de Bosa ya llegó el primer tren del metro de Bogotá y arrancará la nueva fase de pruebas estáticas y dinámicas.
Tras recorrer más de 1.200 kilómetros desde el puerto de Cartagena, los seis vagones llegaron en la madrugada al suroccidente de la ciudad en un robusto convoy de carga sobredimensionada que cumplió exitosamente el complejo operativo logístico.
El gerente de la Empresa Metro de Bogotá, Leonidas Narváez, subrayó la magnitud de este esfuerzo: “Hoy más de 13.500 personas trabajan en esta obra. Cada equipo cumple un rol clave. Lo que estamos haciendo es indispensable para Bogotá. La línea 1 traerá beneficios que no pueden seguir aplazándose. En marzo de 2028 estaremos viendo la operación comercial de un sistema que beneficiará a cerca de 2,9 millones de habitantes de Bosa, Kennedy, Puente Aranda, entre otras localidades. Hoy un trayecto puede tardar hora y media; con el metro será de solo 27 minutos”.
La entrega se realizó en el costado suroriental del patio taller, en la vía de descargue de 905 metros. Tras retirar los elementos de protección, dos grúas telescópicas de 90 toneladas izaron los vagones para ensamblarlos en una operación que tomó varias horas.
¿Qué sigue para el metro de Bogotá?
La primera etapa corresponde a las llamadas pruebas estáticas, que se realizan con el tren detenido. Allí los ingenieros revisan que todos los sistemas funcionen correctamente: desde el suministro eléctrico y la tracción, hasta el aire acondicionado, los frenos, la apertura y cierre de puertas, los mecanismos de comunicación interna y la señalización. Son pruebas de laboratorio sobre el tren armado, que garantizan que cada componente esté en condiciones de operar antes de que ruede por primera vez.
Superada esa fase, el tren pasará a las pruebas dinámicas, previstas a partir de noviembre de 2025. En ellas, el vehículo se desplazará en la vía de pruebas dentro del patio taller. Al comienzo será conducido manualmente, mientras se avanza en la integración con el sistema de señalización automática. En esta etapa se ponen a prueba variables como la capacidad de aceleración, el frenado en diferentes condiciones, la suspensión y la estabilidad del tren, así como la interacción con los rieles y la infraestructura de energía.
Este mismo procedimiento se repetirá con los 29 trenes restantes. Cuatro llegarán antes de que termine 2025 y, para octubre de 2026, Bogotá contará con la flota completa de 30 trenes, ya resguardados y probados en el edificio de cocheras. A partir de 2027 se adelantará la fase de integración total del sistema, que incluye la conexión entre trenes, señalización, telecomunicaciones, energía y simulaciones de operación real.
La meta final es que en marzo de 2028 inicie la operación comercial de la línea 1 del metro de Bogotá, que beneficiará a cerca de 2,9 millones de habitantes de localidades como Bosa, Kennedy y Puente Aranda. Hoy, un trayecto que puede tomar hasta hora y media se reducirá a solo 27 minutos, lo que marcará un cambio estructural en la movilidad de la capital.