Fitch Ratings revisó al alza sus proyecciones de crecimiento global para 2025 y 2026, a pesar de esperar una desaceleración general impulsada principalmente por China. La agencia calificadora pronostica que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial se moderará a 2,5 % en 2025 (0,1 puntos porcentuales más que en la previsión anterior) y a 2,4 % en 2026.
La versión más reciente del informe de perspectivas señala que la resistencia de la economía global persistirá gracias a la relajación fiscal en Estados Unidos y a que el crecimiento de la eurozona se mantiene ligeramente por encima de las expectativas previas.
En detalle, la leve desaceleración de la economía mundial en 2026 estará impulsada principalmente por China, que crecería solo 4,1 % después de mostrar una expansión del 4,8 % este año.

Por su parte, para Estados Unidos Fitch proyecta una expansión del PIB del 1,8 % en 2025 y un ligero aumento a 1,9 % en 2026. Esta resiliencia se debe a dos factores clave: una oleada de inversión en tecnología de la información (TI) ligada a la inteligencia artificial (IA) y los efectos de riqueza derivados del auge de los mercados de valores.
En la Eurozona se elevó la previsión al 1,4 % en 2025 y al 1,3 % en 2026, aunque la dinámica se mantiene estable, con Alemania esperando un aumento en el PIB del 1,2 % en 2026 debido a una expansión del déficit fiscal estructural.
Se espera que el crecimiento en los mercados emergentes (excluyendo China) se modere a 3,2 % en 2026, disminuyendo desde el 3,4 % en 2025. En la región, países como México (1,3 %) verán un impulso más fuerte, aunque el crecimiento en Brasil (1,9 %) se moderará hacia su potencial.
Inversión, consumo y comercio exterior
El informe de Fitch Ratings destaca que el fenómeno de la IA está teniendo un impacto macroeconómico notable, especialmente a través del auge de la inversión de capital en TI. En Estados Unidos, esta inversión representó casi el 90 % del crecimiento del PIB en el primer semestre de 2025. Además, se espera que la inversión privada se mantenga dinámica en 2026.
Por otro lado, China, que ya experimenta una preocupación significativa por la caída de la inversión en activos fijos desde junio, podría recuperarse levemente en 2026 si las autoridades flexibilizan los esfuerzos para reducir el exceso de capacidad.

Respecto al gasto del consumidor, la firma aseguró que en EE. UU. ha sido sorprendentemente resistente, impulsado por las ganancias en la riqueza bursátil generadas por el auge de la IA. Sin embargo, se espera que el consumo se desacelere en 2026, ya que la mayor inflación ejerce presión sobre los salarios reales y se enfría la creación de empleo.
Mientras tanto, en China, la demanda interna del sector privado está languideciendo, con ventas minoristas lentas y deflación arraigada, según la agencia.
Finalmente, en EE. UU., la tasa arancelaria efectiva (ETR) saltó de 2,4 % en 2024 a un estimado de 13,6 %, el nivel más alto desde 1941. Este impacto arancelario, que genera un lastre económico en Norteamérica, está siendo amortiguado por la inversión en IA y el consumo impulsado por el equity en EE. UU. A pesar de los aranceles estadounidenses, las exportaciones de China han sido sólidas en 2025, aunque es poco probable que continúen aumentando a ese ritmo.

Perspectivas del mercado inmobiliario global
Para 2026, Fitch Ratings anticipa que los fundamentales del mercado inmobiliario global serán resilientes en la mayoría de los países cubiertos en su panorama. Se proyecta un crecimiento modesto en los precios de las viviendas en la mayoría de las naciones debido a las deficiencias persistentes de la oferta y una demanda estable, aunque suavizada.
El crecimiento nominal de los precios se desacelerará a dígitos bajos en 2026 en la mayoría de los mercados. España destacará con el crecimiento de precios más fuerte (8 % – 10 % en 2026), seguida por México (7 % – 8 %) y Brasil (5 % – 7 %), mercados que se beneficiarán de la reducción de las tasas de interés y el alivio de la inflación.
En contraste, China seguirá experimentando caídas de precios significativas (-4 % a -6 %), reflejo de un exceso de oferta estructural y una demanda débil. Se espera que las tasas hipotecarias se estabilicen o bajen ligeramente en 2026 y 2027 a medida que la mayoría de los países sigan una ruta de relajación de la tasa de política monetaria.

Los atrasos hipotecarios se mantendrán bajos y estables en general, respaldados por mercados laborales sólidos y una suscripción prudente, aunque se espera un modesto aumento en los atrasos en EE. UU., México, Canadá y Japón debido a la presión sobre el ingreso real y el crecimiento más lento del PIB.
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