La escudería de la Fórmula 1, Aston Martin, ha cerrado la venta de su participación minoritaria, disparando su valoración a la cifra de 2,9 billones de euros. El movimiento, que asciende a 127 millones, no representa una salida de la marca británica del “Gran Circo”, sino una reestructuración estratégica para capitalizar el crecimiento del equipo.
La operación, anunciada tras un acuerdo vinculante, eleva la valoración del equipo, lo que representa un incremento de su valor en tan solo un año. Esta cifra contrasta con la del 2023, cuando la inyección de capital del grupo de riesgo Arctos Partners valoró la escudería en 1.140 billones de euros. Este aumento exponencial del precio evidencia el impacto de la gestión de Lawrence Stroll y la creciente rentabilidad de la máxima categoría del automovilismo.
El magnate canadiense, que adquirió el equipo en bancarrota en 2018 por 117 millones de euros (entonces conocido como Force India), ha invertido fuertemente en una nueva fábrica, túnel de viento y talentos de la talla de Adrian Newey, quien tiene una participación en el equipo de Fórmula 1.
¿Aston Martin cambiaría de nombre y de patrocinio?
Si bien el nombre del comprador de la participación no ha sido revelado y, a pesar de este cambio de propiedad, el fabricante de automóviles Aston Martin Lagonda ha renovado su acuerdo de patrocinio principal con el equipo, garantizando la presencia de la marca en la Fórmula 1 hasta, al menos, 2030. Este compromiso a largo plazo resalta la importancia estratégica del automovilismo para la marca, que en 2023 ya había incrementado su facturación en un 16% hasta alcanzar los 316,7 millones de euros, impulsada por el negocio comercial del equipo.
La revalorización de Aston Martin no es un caso aislado. La Fórmula 1 en su conjunto ha experimentado un auge financiero impulsado por la popularidad global de la serie documental de Netflix ‘Drive to Survive’ y la regulación del límite presupuestario. Esta normativa ha hecho que los equipos sean más sostenibles y atractivos para los inversores, al garantizar una mayor competitividad y reducir el riesgo financiero. Equipos como Red Bull y Mercedes, con presupuestos anuales que rondan los 370 millones de euros, tienen valoraciones que superan los 1,8 billones de euros, y se rumorea que el valor de equipos como Ferrari y Red Bull podría superar los 3,2 billones.
El panorama actual de la F1 muestra un deporte en plena expansión financiera, donde cada punto ganado en la pista tiene un valor real en el mercado. Por ejemplo, los pilotos, además de sus salarios, deben abonar a la FIA una cuota por su ‘superlicencia’ que incluye un extra por cada punto obtenido en la temporada anterior, lo que en el caso de pilotos como Max Verstappen en 2025 podría superar el millón de euros solo en esta tasa.
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La venta de Aston Martin y su revalorización es un claro reflejo del auge de la Fórmula 1 como un activo de inversión, un negocio donde la velocidad en la pista se traduce directamente en el valor de mercado.