Entrevista l El hidrógeno en Colombia avanza, pero enfrenta retos en incentivos y demanda

La Asociación de Hidrógeno Colombia señala que los proyectos requieren condiciones reales de mercado para avanzar.

Compártelo en:

El desarrollo del hidrógeno en Colombia avanza, pero a un ritmo todavía marcado por los retos regulatorios y de mercado.

El país cuenta hoy con dos gremios que impulsan este vector energético: la Cámara de Hidrógeno ANDI NATURGAS y la Asociación de Hidrógeno Colombia, que agrupa a empresas del sector energético, industrial y logístico.

Al frente de esta última está Brayaham Villa, ingeniero químico con trayectoria en el sector industrial y participación en proyectos de amoníaco verde. Desde allí lidera la agenda del gremio para avanzar en la adopción del hidrógeno como parte de la transición energética del país.

En conversación con Valora Analitik, Brayaham analiza el momento que atraviesa el sector, los avances normativos y los pasos necesarios para que el hidrógeno deje de ser una promesa y empiece a consolidarse como una industria en operación.

Transbordos del SITP
Este es el bus de hidrógeno que estrenará el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) de Bogotá. Foto: Alcaldía de Bogotá.

Viene de 21 años en Monómeros. ¿Qué aprendizajes de esa etapa aplica hoy al desarrollo del hidrógeno?

Mi participación en Monómeros me permitió ver cómo la conversación sobre el hidrógeno empezó desde el lado energético, pero poco a poco se fue acercando a la industria. Y ahí hay un vacío: falta conocimiento práctico sobre cómo se implementan estos proyectos dentro de plantas reales.

Estar 21 años entre operaciones industriales te da una visión distinta. Sabes cómo se concretan las cosas, cómo se manejan sustancias como el amoníaco y cómo se articulan procesos de gran escala. Esa experiencia es la que hoy me permite aportar una mirada más ejecutiva e industrial al gremio.

¿Qué hace falta para pasar de los pilotos a los proyectos de escala comercial?

Hay dos grandes cuellos de botella: los off-takers y los costos.

Sin contratos de compra, ningún proyecto puede llegar a decisión final de inversión. Muchos se diseñaron pensando en la exportación, pero la demanda internacional, sobre todo en Europa, todavía no está consolidada.

Las exigencias regulatorias son tan altas que incluso proyectos en Chile y otros países de la región se han frenado. El otro problema son los costos. Hoy producir hidrógeno cuesta más de US$3 por kilo. Hay industrias dispuestas a pagar un sobreprecio por productos descarbonizados, pero no en ese nivel. Se necesitan incentivos financieros y tributarios que ayuden a cerrar la brecha.

¿Qué tipo de incentivos serían determinantes para atraer inversión?

Necesitamos señales claras. Exenciones tributarias, alivios en la tasa de interés y reducción de cargos de transmisión serían medidas efectivas.

Otros países están avanzando más rápido. En India, por ejemplo, eliminaron los costos de transmisión para proyectos de hidrógeno y otorgaron subsidios directos al CAPEX. Eso les permitió cerrar subastas con precios muy competitivos, prácticamente iguales al amoníaco gris.

¿Qué tan relevante puede ser para Colombia la decisión de la Organización Marítima Internacional de aplicar un precio al carbono en el transporte marítimo?

Puede cambiar el panorama. Cuando la OMI fije un precio al carbono, el diésel marino y otros combustibles fósiles se encarecerán. Eso obligará a las navieras a buscar alternativas más limpias, como el hidrógeno o el amoníaco.

Eso generará una demanda real. Tal vez los proyectos locales no se pensaron inicialmente para ese mercado, pero esta medida puede abrir espacio a productores regionales. Y esa demanda podría ser el detonante que necesitamos para que varios proyectos en América Latina tomen decisión de inversión.

¿Cuáles serán los principales hitos para el sector para el próximo año?

Esperamos tres logros concretos:

  1. La entrada en operación de los proyectos Coral de Ecopetrol en la Refinería de Cartagena y Hevolución en Antioquia, los primeros de escala industrial en el país.
  2. La aprobación del Proyecto de Ley de Hidrógeno, que extiende beneficios a toda la cadena, incluyendo el amoníaco y los fertilizantes verdes.
  3. La reglamentación del sandbox regulatorio para la mezcla de hidrógeno en la red de gas natural.

Con esos avances, el país podría dar el salto hacia la ejecución. El crecimiento de este tipo de tecnologías no es lineal, es exponencial. Cuando los primeros proyectos comienzan a operar, el desarrollo se acelera de manera natural.

¿Cuántos proyectos de hidrógeno tiene identificados actualmente el país?

Hoy tenemos identificados 36 proyectos en distintas fases: prefactibilidad, ingeniería y decisión final de inversión. Más de la mitad están en la Costa Norte, precisamente por las ventajas geográficas, energéticas y logísticas de la región.

Y esa cifra seguramente va a crecer. En el último año han surgido nuevas iniciativas y hay más interés de inversionistas internacionales.

¿Qué debe hacer Colombia para que el hidrógeno deje de ser promesa y se convierta en realidad?

Dar los primeros pasos correctos. Asegurar demanda, habilitar incentivos y ejecutar los proyectos que ya están listos. Cuando eso pase, el crecimiento será exponencial. No tengo duda de que Colombia tiene el talento y los recursos para lograrlo.