Colombia pasó de importar 2 % de la demanda de combustibles en 2015 a cerca de 20 % en la actualidad. El contralor general, Carlos Hernán Rodríguez, alertó que ha habido una perdida progresiva en la capacidad de autoabastecimiento de los energéticos, es decir, de que el país produzca lo que la población demanda en este mercado.
Aseguró que la demanda excedió la capacidad de producción de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja. A lo que añadió que el ACPM (diésel) está cerca a perder la capacidad de autoabastecimiento.
En cuanto al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, FEPC, expresó que ha consumido recursos de $100 billones, equivalentes a 20 reformas tributarias.

“Los recursos estarían mejor invertidos en otros rubros y probablemente, no estaríamos con un sombrío panorama fiscal ni necesitaríamos estas reformas con tanta frecuencia”, agregó.
Añadió que los mercados ilegales también pueden ser un factor que explica el aumento en la demanda de combustibles. La Contraloría estimó que entre 4 % y 12 % de la demanda de gasolina en Colombia está enlazada a economías ilícitas, lo que a su vez genera pérdidas fiscales y necesidad de importar.
“Si combinamos un mapa de poliductos, estaciones de servicio en zonas de frontera, cultivos ilícitos y laboratorios ilegales es evidente la preferencia del narcotráfico por buscar áreas con facilidad de acceso a combustibles”, dijo Rodríguez.

También manifestó que medidas como el aplicar el IVA a combustibles tienen efectos inflacionarios, junto con afectaciones al crecimiento económico y la competitividad.
Frente a la transición energética, comentó que los combustibles de origen fósil, es decir, de hidrocarburos como el petróleo, seguirán siendo importantes en el mercado. A lo anterior sumó que la entrada de energéticos como el hidrogeno está en pruebas piloto, mientras que los biocombustibles enfrentan limitantes y desafíos ambientales.




