En un contexto donde la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) cruza millones de datos en tiempo real, desde facturación electrónica hasta nóminas y retenciones, la precisión tributaria dejó de ser opcional.
Lo anterior toma mayor relevancia este mes, en el cual comienza el proceso de cierre fiscal 2025, una etapa crítica que exige revisar cada registro.
“Hoy la DIAN tiene toda la información. El desafío ya no está en reportar, sino en verificar que lo que está registrado sea correcto y trabajar siempre sobre esa base”, explica Matías Umaschi, CEO de Payana, plataforma de automatización contable.
Las fallas que la DIAN no perdona
De acuerdo con Umaschi, los errores más comunes que cometen las compañías son no revisar las facturas que la DIAN tiene cargadas, omitir comprobantes electrónicos o realizar ajustes contables sin reflejarlos en el sistema oficial. Estas inconsistencias, al ser detectadas por los algoritmos de control, pueden derivar en sanciones o requerimientos.
A esto se suma la complejidad de los formularios tributarios, que exigen información precisa y detallada sobre cada operación. Muchos contribuyentes deben digitar manualmente datos muy específicos, lo que aumenta las probabilidades de error. Un formulario mal diligenciado o con información incompleta puede generar sanciones automáticas o requerimientos formales, afectando el cierre fiscal y la planificación financiera de las empresas.
Entre las sanciones más frecuentes se encuentran:
- Errores en la información exógena: No entregar o reportar con inconsistencias la información puede acarrear sanciones entre el 0,5 % y el 5 % del valor total involucrado, lo que en grandes compañías puede representar multas de varios millones de pesos.
- Fallas en la facturación electrónica: No expedir facturas o hacerlo con errores conlleva una multa del 1 % del valor de las operaciones no facturadas, con un límite de hasta 950 UVT (aproximadamente $47 millones).
- Errores en retenciones en la fuente: Aplicar mal las retenciones o no realizarlas puede generar sanciones del 10 % del valor no retenido o retenido indebidamente.
- Inexactitud en las declaraciones tributarias: Cuando la DIAN detecta diferencias entre los valores reportados y los reales, puede imponer sanciones de hasta el 100 % del mayor valor del impuesto determinado.
- Incumplimientos en precios de transferencia: No presentar o entregar con errores la documentación de operaciones con vinculados del exterior puede generar sanciones de hasta 15.000 UVT (más de $740 millones).
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En una era en la que la fiscalización es digital, los cruces automáticos son la nueva norma y la información fluye de manera instantánea, no hay margen para la improvisación. Las empresas que dominan sus datos corrigen sus inconsistencias y se anticipan al cierre fiscal no solo evitan sanciones: ganan reputación, confianza y ventaja competitiva.
“El cierre no empieza en diciembre: empieza ahora. Las empresas que se anticipan, revisan y corrigen con base en la información de la DIAN están un paso adelante”, concluye Umaschi.